No pasará a la historia del toreo la corrida celebrada en la tarde de ayer en Córdoba. No pasará por muchas razones, pero la principal ha sido que en la misma, ha faltado la materia prima para la corrida. El toro. Mucho se había cantado en los días previos la presentación de la corrida de Las Ramblas. Tanto que al finalizar el festejo, más de un malicioso pensó que la corrida había sido cambiada por otra, menos bonita y de menor cuantía, tras el percance de José Tomás en México. Lo cierto y verdad no es otra cosa, que la corrida falló estrepitosamente. Desiguales de presentación, algunos se tapaban por los dos leños que tenían por delante, y desrazados en líneas generales. Al final una vez más el pobre juego de los toros dio al traste con las ilusiones de unos espectadores, que a pesar de la ausencia de José Tomás, ocuparon más de la mitad del aforo del Coso de Los Califas. Y es que cuando el toro, cimiento básico de la fiesta, falla todo se derrumba estrepitosamente. (…)
Crónica de Salvador Giménez
Fotogalería de
Merina
Córdoba, 26 de mayo 2010