La tarde estuvo marcada por las miradas expectantes al cielo de todos los que estábamos en la plaza de toros de Pueblo Nuevo. Se repetía el fantasma de la tarde anterior cuando la lluvia fue la protagonista del espectáculo. Para esta corrida fue decisivo el impulso de Leonardo Benítez quien como director de lidia y con consentimiento de sus compañeros decidió salir a torear, a pesar del pésimo estado del ruedo. Mérito grande de los diestros y sus cuadrillas.
La corrida de Los Ramírez fue interesante, con cuatro toros de buen juego, entre los que destacó un gran ejemplar al que cuajó magistralmente El Juli. Sólo desentonaron los dos que cerraron la tarde. (Crónica de Víctor Ramírez Vitico)