Con tres cuartos de plaza en los tendidos, y una gran expectativa, a pesar de la premura en el tiempo para promocionar el festejo, se cumplió la primera de las dos citas con la que este año se estructuró la Feria Señor del Buen Suceso en la ciudad de Riobamba. Ante astados de Trinidad, muy serios y astifinos, y de variado juego, los cuatro toreros comparecientes, cosecharon una oreja cada uno, en una tarde en la que la Sultana de los Andes ratificó su entrañable afición por el toreo, al tiempo que la torería ecuatoriana, tanto de oro como de plata, dejó bien sentado su nombre e importancia, tras un derroche de talento, actitud y resultados. (Crónica de Fabricio Guerra)