El colorado llavero (Parte II)

La plaza estaba hasta la bandera; el día era caluroso en extremo y había en los tendidos una luz, una animación y una alegría contagiosa; se respiraba un aire de fiesta grande y se escuchaba el murmullo de expectación de las grandes tardes de toros; los aplausos durante el paseíllo fueron atronadores(…)

Informa Saturnino Napal