Soledades del toro
Dos soledades tú tienes, ¡oh, toro bravo de España!, dos soledades distintas, una buena y otra mala. Una de calma y sosiego, la otra, desesperada. Una es soledad divina, debajo de las encinas a la sombra de sus ramas, y la que te encuentras toro, en un albero de oro, cualquier tarde en cualquier plaza.…