La verdad de la vida, crónica de José Antonio Luna
Bajo un atardecer de nubes grises, paisaje de hierba dorada mecida suavemente por el viento. El ganadero, el veterinario, y el que firma, caminábamos por entre los potreros. En cuanto propusieron dejar la sobremesa para ir a dar un paseo al campo mi ilusión fue grande. Aspiraba a aprender algo de toros. Bien sabido es que de toros se aprende mucho más en el campo que en la plaza.