De purísima y oro: solidaridad
La verdad es que hace algunos años esta palabra me provocaba arcadas. Fueron esos tiempos en que las autopistas, las clínicas del Seguro Social, las escuelas y todo lo que se construyó durante el sexenio de Carlos Salinas de Gotari, llevaba una leyenda ramplona, demagoga y populista anunciando que el edificio, camino o lo que fuera, se había construido en solidaridad. A golfos y golfas se les llenaba la boca promulgando en discursos baratos, que sus incompetencias habían redundado en una obra más del Plan Solidaridad. Se desvirtuó tanto el vocablo que uno entendía que algo mal hecho, ineficaz o levantado al vapor, era algo solidario. (Crónica de José Antonio Luna)