Así de noble fue el toro, cual burrito, con mucha bondad y nobleza. «Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos….». No era para tanto, ni pequeño, ni peludo, pero si suave en la embestida. Lo recibió Juan José Padilla con tres largas cambiadas de rodillas. Más tarde colocó banderillas, perdiendo el Miura las manos en algún momento. Había que cuidarlo y no equivocarlo para que no pudiera orientarse, tenía que darle distancia y cuidar que no topara con el engaño. Pero después de ser bien lidiado el toro por Vicente Yestera, sacó su casta hacia fuera y dejó que Padilla pudiera triunfar, aunque podría haber sido mayor el premio. Un trasteo muleteril de  toreo vertical y muy desmayado por ambos pitones. El toro fue pronto y tenía recorrido, yendo siempre obediente al engaño. Mató de estocada trasera y recibió una oreja como premio a su labor, y el toro una gran ovación en el arrastre. A su primero lo toreó a la verónica y lo llevó por chicuelinas al paso al caballo. Era flojito de manos, pero tenía buen tranco el de Zahariche y el jerezano brindó la faena al respetable. La primera serie fue variada y hubo pases de diferente calado en el público. En poco tiempo se quedó sin fondo. Fue noble porque quería embestir, pero las fuerzas le fallaron y no quedó más que matarlo.

Los dos toros del Fundi fueron distintos, y en cada uno se pudo ver a un torero diferente.. El primero fue un toro con gran presencia, recibido con una ovación nada más saltar a la arena. Le faltó un tranquito y se movió mejor por el pitón al natural y en los medios. Aprovechó el de Fuenlabrada la inercia en los primeros compases de la faena, aunque luego fue pudiendo con él poco a poco. Estocada un tanto caída que fue escupiendo y descabello acabaron con su existencia. Ovación a la firmeza del Fundi aunque no llegó ni mucho menos al nivel que transmitió en la feria de 2008. Su segundo fue un toro más cambiante, de embestida incierta, que humillaba pero no tenía recorrido. Este se orientó antes de lo que allí estaba pasando, así que no colaboró demasiado. Sacó la casta el torero en este, tirando mucho del brazo para enseñarle el camino de la embestida que fue mejor al natural aunque con poca transmisión ya que cuando se dio cuenta era ya demasiado tarde para subir al tren.

Javier Valverde vio como su lote le dio pocas opciones, sobre todo su primero. El sexto de la tarde fue devuelto y salto en su lugar un sobrero de El Serrano, que era un tío con exceso de kilos, que desarrolló mucho peligro, por lo que el salmantino acabó pronto con su existencia.

 

 

 

                                                                                      

conchita rodriguez ortiz web.jpg  Desde Sevilla, crónica de  Conchita Rodríguez Ortiz

Foto: www.plazadetorosdelamaestranza.com