Lleva Córdoba un tiempo censurando a su torero consentido de los últimos tiempos. El mejor torero de Córdoba de los últimos años, lleva un tiempo quejándose de la dureza de su público. Hoy a pesar de salir, una vez más, a hombros por la Puerta de Los Califas ha sido pitado con fuerza. La Córdoba taurina tan condescendiente a la vez que exigente con Juan Serrano, se ha enfadado. El público es soberano. Como en todos los espectáculos el que paga siempre lleva la razón. Por eso al público hay respetarlo siempre. Es él, el que encumbra o el que hunde. Ese mismo público que lleva veinte años tras un torero apoyándole, siguiéndole y exaltándolo, es el mismo que exige, protesta y es en ocasiones es cruel. Pero siempre y a pesar de todo hay que respetar para ser respetado. (Crónica de Salvador Jiménez)