Rafael Ortega Gómez Gallito (Última parte)
y despertó en sus entrañas un toreo enjoyado de belleza que asombró y quedó clavado en los ojos del aficionado, cuando la tarde se diluía bajo la carpa cárdena de la lluvia. En 1941, vive su mejor año de figura del toreo (…)
Informa José Julio García. Decano de la Crítica Taurina