De Purísima y Oro: La orden pererista
Esta tuvo el peso de lo sagrado. Es que en eso de lidiar los toros y matarlos a estoque hay de faenas a faenas. Se bordan breves, largas, insubstanciales, hondas, sobadas, artísticas, planteadas, absurdas o de utilería. Pero la del domingo pasado a la cuenta de Miguel Ángel Perera fue reverencial, solemne y ungida. Tuvo el éxtasis, la devoción y el recogimiento con el que un místico se entrega a su oración. (…)