Este año, por causas diferentes, han sido suspendidas importantes ferias taurinas venezolanas, la Feria del Sol con su Carnaval Taurino de América en Mérida, Estado Mérida, en la región andina y la Feria en honor a Nuestra Señora Virgen del Socorro en Valencia, Estado Carabobo, en el centro venezolano, lo que indudablemente, deja hiriente huella, en el Calendario Taurino Venezolano.

Ya van dos, señores.

Entrar en detalles en las causas y motivos que generaron la suspensión de dichas Ferias, sería echarle más leña al fuego y no se puede hacer leña del árbol caído, como ya unos maquiavélicamente lo han hecho, pero lo que sí no podemos esconder, es el grave daño que se le hace a la Fiesta Brava en Venezuela y con ello, al impulso de la economía e industria del turismo local, regional, nacional, a lo que sumamos, como se cercena la generación de empleos directos e indirectos, lo que al parecer, muy poco le ha importado, no solo a factores políticos radicales anárquicos sino también a las autoridades gubernamentales nacionales, regionales, municipales, que menosprecian el esfuerzo e inversión que hacen empresas taurinas, empresarios y prestadores de servicios turísticos, comercio e instituciones públicas y privadas, comunidad en general, que se involucra en organización ferial.

Imposible negar, la grave crisis socio, política, económica por la que atraviesa Venezuela, que hay prioridades de prioridades, pero también es muy cierto, que la Fiesta Brava en este país, como factor predominante que ha contribuido y contribuye al impulso de la economía de una comunidad, no tiene dolientes y ya van dos, las Ferias Taurinas Venezolanas, que este año han sido suspendidas por causas diferentes y medio mundo, como si nada hubiese pasado.

Se enciende de nuevo la alarma roja y retomo el llamado, que hice hace meses, de convocar a una Gran Asamblea Nacional Taurina, para tomar como es debido, las riendas de la defensa, fortalecimiento e impulso de nuestra Fiesta Brava, porque taurinos venezolanos, el marasmo, pasividad e indolencia de todos, sin olvidar el trabajo solapado que hacen los que adversan lo taurino, está contribuyendo a cavar, poco a poco, la tumba de esta Fiesta que tanto nos apasiona.

Las cosas no son fáciles, en estos tiempos de difícil coyuntura socio, política, económica, como la que se vive en el país, de la no se escapa lo taurino, pero sencillamente, sin que me quede nada por dentro, por el bien de nuestra Fiesta Brava Venezolana, hay que arroparse hasta donde la cobija alcance, con tal de promoverla, fortalecerla, garantizar su permanencia y olé.