Colombia un país en donde existen tantas diferencias sociales, en donde la corrupción está a la orden del día, en donde mueren por homicidio los jóvenes de los barrios marginales sin que importe a ninguna autoridad y a pocos ciudadanos, en donde el conflicto armado desde hace mas de 50 años induce a una violencia que parece no tener fin, así, el gobierno actual esté empeñada en firmar una Paz con grupos armados de narcotraficantes, el futuro como país equitativo y cierta igualdad solo lo tendremos el día que haya una revolución educativa donde implique a toda la población.

Digo todo lo anterior porque para que las cosas estén como están ha sido y seguirá siendo culpa de la clase dirigente, una clase que solo le interesa el país para llenar sus apetitos voraces de dinero, y a fe que se vanaglorian de gritar a los cuatro vientos que la economía va de maravilla y de que actualmente es uno de los países donde se fijan los inversionistas dado su potencial económico. Todo lo anterior sobraría intentando exponer como tema principal la Fiesta de los Toros. Pero ahí están las incongruencias de estos países de Dios, una Corte, la Constitucional emitió el fallo a una Tutela interpuesta por la Empresa arrendataria de la Plaza de Toros mas bonita de América dos años después de ser presentada por violación a dicho contrato.

La Plaza Santamaría tiene como su dueño al Distrito o mejor el Ayuntamiento de Bogotá, ente que firmó el contrato de arrendamiento sin haber de por medio una Licitación, cosa normal en este país, pero de donde se agarró el burgomaestre de la capital para dar por terminado el contrato, escudado eso si en el lema de su gobernó “Bogotá Humana” farsa populachera con la cual fue votado por una minoría de izquierda aprovechando el descontento casi general de la población que no cree en políticos..

Pareciera que tuvieron que coserse la boca y por supuesto aguantar hambre jugando con su integridad un grupo de valientes novilleros de la capital para que la tutela saliera a la luz pública siendo éste acto mas importante que la salud, la educación, la vivienda, la infraestructura y tantas necesidades básicas que tienen los colombianos, pero espero que la base fundamental para dicho fallo es el de que se estaban violando no uno sino varios derechos fundamentales de las minorías, especialmente el de la libertad, ojalá no haya sido por motivos políticos que también puede haberlos. Esta misma politiquería le buscará todas las vueltas para no reabrir el Coso Taurino dentro de los términos de la Sentencia, pero con todo esto podremos decir que la justicia cojea pero llega.

Los Toreros colombianos se han ganado el derecho a que los aficionados, los empresarios, los ganaderos y en general la sociedad erija a estos jóvenes que sueñan con ser exponentes de un arte y una cultura en héroes de una sociedad desigual gracias a los poderes públicos. Ojalá la empresa que gane en franca lid el derecho a regentar los destinos de la Plaza tenga en cuenta que la equidad en la profesión de torero también deben existir en unos mínimos justos.

¡Ah¡ y por ende, si la Ley Taurina 916/2004 y las continuas Sentencias erigen la Fiesta de los Toros como expresión Cultural , es de obligatorio cumplimiento que el Ministerio de Cultura también tome nota declarándola como bien Cultural Inmaterial de la Nación, o ¿tendrá que morir un torero frente al Ministerio?