El próximo año, la monumental plaza de toros México cumplirá 70 años de vida. La fecha caerá dentro de la temporada 2015-16 que está por iniciar. La empresa del coso capitalino, según ha contado, quiere armar una gran temporada, algo que nunca han realizado.

Rafael Herrerías Olea tomó la plaza en mayo de 1993, la tarde que se inauguró la temporada novilleril, lidió ganado de Garfias Federico Pizarro, El Conde y Juan Pablo Llaguno.

En aquella época, todavía se llenaba hasta el reloj la plaza más grande del mundo. No obstante, en el transcurso de estos 22 años la gente se ha salido paulatinamente del coso. Los taurinos repiten en voz baja que la empresa los ha sacado, con las malas formas de organizar las corridas, claro que una cosa es lo que se rumora y otra la que se dice en los medios de comunicación.

Los aficionados han dejado de asistir al embudo de Insurgentes por la mala calidad del espectáculo que presenta la empresa. Poca seriedad de los encierros que se lidian, exceso de premios a los toreros y a los toros.

Actualmente se vive una dictadura de la plaza México.

Poco a poco el empresario se ha rodeado de gente que lo obedece, la delegación Benito Juárez lo permite. Desde hace algunos años no existe autoridad en la plaza, el propio empresario es la autoridad y todo se hace de acuerdo a su gusto. Herrerías es quien dice cómo hacer las cosas, no hay reglamento que se lo impida.

Para la temporada 2015-16 ya empezaron a trabajar.

Pareciera que por organizar la futura temporada a los festejos menores no les dieron importancia, como consecuencia del olvido se efectuó una de las peores temporadas de novilladas de los 70 años de historia de la plaza. Pésimo fue el serial novilleril que terminó hace una semana.

Si en corridas de toros es difícil llevar gente al tendido, en novillada es imposible. Máxime si cuando algún chaval triunfa lo repiten 5, 8 o 10 semanas después.

Se programaron nombres sin ton ni son, se intercalaron tercias con festejos de selección sin algún objetivo definido, muchos nombres, demasiados debuts de chavales pero sin ninguna planeación. Se rumora, aunque es incomprobable, que a la mayoría de los que actuaron, les cobraron por torear. Si no fue la empresa, sí alguno de sus asesores.

Los pocos toreros que cortaron orejas repitieron hasta la última novillada.

Si la empresa no hubiera realizado la temporada de novilladas 2015, hubiera sido lo mismo, porque el serial no aportó ningún beneficio.  

Ahora quieren que el serial de invierno se realice con categoría, parece que cada aniversario que termina en cero, les renueva la afición y procuran que no sea tan insípido como los nueve restante de la década.

Ya se mencionan nombres de figuras españolas, un galo, un peruano y un mexicano. Casi todos los del año pasado más el famoso rejoneador y otro madrileño que empezó muy jovencito. Ambos ausentes en el serial anterior.

Por supuesto, ha ganado la nota la contratación de José Tomás, ojalá ahora sí lo tengan firmado, porque hace algunos años falsificaron la firma del apoderado y el asunto llegó a los tribunales y después a los medios de comunicación, sólo los independientes tocaron el tema.

Otra contratación importante es la de Joselito Adame, el diestro que desde novillero se fue a hacer campaña en España como no lo hacía ningún mexicano desde hace muchos calendarios. Adame no fue contratado el año pasado, la inclusión parece que le hizo más falta a la empresa que al torero. Se dice que el propio Adame, con Manzanares y un primer espada, Pizarro o Angelino, serán quienes arranquen el próximo 25 de octubre, matando un encierro de Barralva.

Total, la plaza México ya presume los toreros contratados, pero no se le ha ocurrido mencionar el ganado a lidiar. Como sucede cada año, los toros no son relevantes para la empresa, ni para los aficionados. Desde luego ya están vistos y comprados los encierros, pero la empresa omite los nombres, porque todo mundo sabe que se lidiarán animalitos con tres años de edad, gorditos, con pequeñas cornamentas, lo más descastados posible.

De tal forma que el serial no cambiara con relación a los anteriores, porque el toro, el animal de cuatro años con trapío y sus cornamentas íntegras no aparecerá, por lo menos cuando actúen todos los figurines extranjeros.

Ya hay mucho torero,  ¿y los toros apá?