Artículo de Lázaro Echegaray

La figura de Juan Belmonte vuelve otra vez a ocupar espacio público y mediático. Uno de los toreros más loados de la historia, sobre quien se han hecho libros, películas, canciones, portadas de revistas internacionales, poesías. Por citar una de ellas, esa que le regaló Gerardo Diego, que para mí siempre será el poeta de los toreros, el de la playa de desgana, campana del sur campana.  Gerardo Diego le cantó así a Juan Belmonte: Yo canto al barón pleno/ al triunfador del mundo y de sí mismo/que al borde, un día y otro del abismo/ supo asomarse impávido y sereno. Cuando parecía que ya nada más pudiera ser dicho sobre Juan Belmonte, principalmente porque ya lo había contado todo Chaves Nogales en aquel Matador de toros, para algunos libro de cabecera, siempre en la mesilla de noche, la vida nos sorprende con una noticia como ésta. Por cierto, que ahora que la historia le rinde homenaje al periodista, que incluso teniendo bando concreto en la contienda supo loar las artes del toreo y del torero, no estaría mal que se acordarán de ese libro, del que escribió para Belmonte de tal manera que el lector se confundía y no sabía dónde empezaba el escritor y dónde lo hacía Belmonte, hasta el punto de llegar a creer que quizás el libro fuera dictado por el uno al otro. Es muy complicado escribir una biografía como si de una autobiografía se tratara y llevar al lector así prendido en esa duda durante todo el libro ¿Biografía, autobiografía, novela? Y esa era una de las fortalezas de Matador de toros, que parecía como si después de su publicación no se pudiera decir ya nada más de Belmonte que no estuviera dicho en ese libro. De tal forma, que cuando alguien emprendía un nuevo trabajo sobre el Pasmo de Triana, era cuestión obligada pasarse por este texto si se pretendía conocer a fondo la vida del matador.

Pero la historia nos reserva sorpresas que a veces, con el cariño y el esfuerzo de ciertas personas, salen a la luz precisamente para eso, para alumbrar. Y la sorpresa llega desde diversos flancos, en unión de todos ellos. Imagínense ustedes que existiera un archivo audiovisual de Juan Belmonte privado, un archivo que no ha visto la luz en todo este tiempo, que se guardaba, como no podía ser de otra forma, con celo en casa de sus herederos y que de pronto ese archivo va a ver la luz. Pues así es. La enhorabuena se la tenemos que dar a la familia del torero, conscientes del valor público que puede llegar a tener un archivo privado; a los investigadores del Centro de Estudios Culturales de la Universidad de Sunderland, que realizan una labor más que interesante, y envidiable, en lo que tiene que ver con la aplicación de los estudios culturales al toreo; a la Fundación de Estudios Taurinos de Sevilla a quienes hay que agradecer la labor realizada para la comprensión del toreo como arte, como elemento cultural de interés académico y al Festival de cine de Sevilla que conocedores del valor de lo que se les ofrece, no dudan en incluir la cinta dentro de una sección, dándole la importancia que verdaderamente tiene. Y así, cuando pensábamos que ya todo estaba dicho y sabido, tenemos la suerte de poder saber más, de entender mejor a Belmonte con todo lo que eso significa.

Sin necesidad de haberlo visto todavía, podemos afirmar ya que se trata de un documento sin igual que mostrará un espacio de la vida privada de Juan Belmonte, donde aparecen, entre otros,  los testimonios de Ramón Pérez de Ayala, quien junto a Ortega y Gasset y Gregorio Marañón fuera calificado de ‘Padre espiritual de la República’; Felipe Cossío de Pomar que fue pintor, escritor político y activista de izquierdas peruano;  la familia del torero o la actriz Esther Williams.

En definitiva, un documento inédito que aparece justo en un momento interesante en el que ya no se hace cine taurino. Un documento que nos viene a decir que aquellas cosas que muchos desprecian y quieren destruir, se convierten en material de trabajo de hispanistas de universidades extranjeras que saben valorar las cosas por su significado y que no se mueven por sentimientos encontrados. Nuestra más sincera felicitación a quienes han tenido que ver con la aparición de este documento.