El vocabulario que utilizan ciertos elementos que se hacen llamar comentaristas, que hacen mala vida en el medio comunicacional taurino, es tan sucio, que el propio término les queda corto, lo que no es nada nuevo, en la Fiesta Brava Venezolana.

Son virus taurinos, que tienen vida en la Fiesta Brava y de manera especial, en Mérida, Estado Mérida, región andina venezolana, amparados en una patente de corso que se cree tienen, porque compran un espacio radial, tienen acceso a un medio impreso, redes sociales, etc., a través de los cuales, se les sale su mala crianza, denigrando sin contemplación, de medio mundo, sin ellos mirarse primero en su espejo, para que detecten la suciedad de su humanidad y de la que pretenden impregnar a los taurinos. 

La Fiesta Brava en Venezuela, lamentablemente, está infectada de estos malignos virus taurinos, portados por elementos cundidos de suciedad, la que arrastran desde siempre, sudan, transpiran malsamente y que en puertas de varias Ferias Taurinas en el interior del país, como la de Tovar, Valencia, Maracaibo, entre otras por venir, buscarán infectar, echar por tierra, el esfuerzo que con o sin errores, se hace por mantener fortalecida, consolidada y latente, la llama taurina venezolana.

Ojalá las Empresas Taurinas, Comisiones Taurinas Municipales, medios de comunicación que difundan e impulsen lo taurino, detecten a estos elementos considerados, virus taurinos, los eliminen en su propio terreno, en bien de nuestra Fiesta Brava.