Por Francisco Bravo AntibĂłn

La entrañable Venta de Vargas cordobesa, fue fundada en 1916, cesando en la actividad hostelera dieciséis años después. Su fundador fue Federico Vargas Madero que falleció en agosto de 1931. Estaba situada frente a otra, conocida por la del Brillante, y ambas ubicadas en la avenida del mismo nombre. La de Vargas se encontraba a la derecha y frente al desvío que enfilaba para el “Cañito de Bazán”.

Pues bien, en ese lugar tan privilegiado de la sierra de Córdoba, el almeriense, afincado primero en Adamuz y posteriormente en nuestra capital: Federico Vargas Martínez-Mahedero, tuvo la feliz idea de montar una venta, para el esparcimiento festivo de cordobeses y foráneos.

Disponía de un amplio espacio destinado a terraza de verano y aparcamientos; así como de un operativo salón, escenario, pista de baile, patio interior con montera acristalada, jardines y una coqueta placita para espectáculos taurinos. Acertó el propietario a lograr un ambiente especial, convirtiéndolo en un agradable lugar de encuentro.

La Venta Vargas, con aires alegres a la par que distinguidos, era el punto predilecto de muy buenos clientes. La frecuentaban visitantes procedentes de todos los puntos de España, sólo por disfrutar unas horas en tan emblemático lugar de esparcimiento. Por allí pasaron toreros, flamencos, pintores y personajes variopintos, entre los que se cuenta con el recordado Pepe Marchena, que efectivamente visitaba asiduamente el establecimiento, unas veces contratado para cantar y otras para divertirse. También figuraban en la nómina de visitantes cantaores: Félix Gallardo, “Niño de la Magdalena”, “Niño de Azuaga” etc. y el maestro Manuel Soto Loreto “Manuel Torre”. A propósito de este apunte, Rafael García Velasco narró en la revista “Toreros de Córdoba”, la siguiente anécdota:

 …”Por la noche, en la Venta de Vargas, había algunas reuniones de fiesta, en una de las cuales cantaba el citado “Manuel Torre”. Pues bien, como él y sus amigos, habían estado en una pelea de gallos, el cantaor andaba algo afónico, por lo que el banderillero “Guerrilla”, con unas copitas de más, le espetó irónicamente “que si él era el famoso” Manuel Torre… El cantaor guardó la censura, y tuvo la suerte de encontrarse en Madrid en un colmado, con “Guerrilla” y con el resto de la cuadrilla en la que iba enrolado. Se dirigió a él, y le recordó que le

había criticado duramente en la Venta de Vargas, pero que si querían oírle cantar esa noche, tendrían que abonar cuatro mil reales. Efectivamente así fue, el maestro cantó como los ángeles y ellos disfrutaron de las excelencias de un cante puro y poderoso.”…

Una de las bebidas preferidas de los clientes, era el famoso “vargas”, consecuencia de una equilibrada mezcla de vino tinto con sifón, que formaba parte de los atractivos del popular rincón y que denominaba una especialidad, con el apellido del propietario. Por cierto, que sobre esta denominación genérica, atribuida al establecimiento hostelero en cuestión, existe otra versión en la que se vincula la alianza de vino y sifón, al vino de valdepeñas con gas, o lo que es lo mismo:”valgas”… Sea como fuere, para nosotros, los “vargas”, antes y ahora, siguen siendo los populares de la venta cordobesa, que para eso tenían apellido propio…

En noviembre de 1927, contrajo matrimonio la hija de don Federico, Dolores Vargas del Moral, con el torero cordobés Antonio de la Haba “Zurito”. En el Diario Córdoba, figuraba detallado el evento, de cuyo texto, extraemos los renglones más significativos:

ECOS DE SOCIEDAD –VIERNES 25 DE NOVIEMBRE -1927

…”Esta tarde, a las tres y media, contrajeron matrimonio en la iglesia de San Rafael”…

…”La feliz pareja fue apadrinada por el padre del novio, el célebre piquero: Manuel de la Haba Bejarano “Zurito” y por su hermana Rafaela”…

…”Testificaron el acta matrimonial: don Francisco Jaén, don Rafael Sanz, don Antonio Alarcón Zehedor, don Luis de Las Morenas, don Francisco Fernández Caparrós y don Antonio Alvear”…

…”Todos los invitados, después de la ceremonia, se dirigieron a la Venta de Vargas, propiedad del padre de la novia, donde fueron obsequiados con un espléndido lunch”…

La descendencia del matrimonio fueron nueve hijos, tres de éllos toreros como el padre: Gabriel de la Haba –matador de toros- y, Antonio y Manuel, novilleros primero y excelentes banderilleros después, categoría en la que actuaron muchas temporadas, enrolados en prestigiosas cuadrillas.

 La unión de Antonio de la Haba y Dolores Vargas, favoreció el hecho de que en los mismos terrenos del establecimiento de hostelería, se construyera una placita para espectáculos taurinos, que fue inaugurada el 25 de noviembre de 1929, con la actuación de los diestros:

Cayetano Ordóñez “Niño de la Palma”,

Manuel Jiménez “Chicuelo”

Antonio de la Haba “Zurito”.

Y teniendo la plaza, lo inmediato fue fundar la Escuela Taurina “Venta de Vargas”, presidiéndola el hombre de negocios taurinos Enrique Piédrola y dirigiendo las clases prácticas naturalmente, Antonio de la Haba “Zurito”.

El domingo 18 de octubre de 1931 y en la mencionada placita, toreó Manolete una becerra de Flores Albarràn, junto a Esteban Romero “Chocolate”. El joven figuraba en el cartel así: Manuel Rodríguez (Manolete hijo). Esa fue una de las primeras tardes como becerrista, del que, pasado el tiempo, se convertiría, nada más y nada menos, que en el cuarto califa del toreo cordobés y uno de los mitos de la historia de la tauromaquia.

Por cierto que siguiendo con el tema taurino, Antonio Vargas del Moral – hijo de Federico – casó con la hermana de Manolo: Angustias Molina Sánchez. De cuyo unión nacieron Dolores, Encarna y Rafaela, quienes prácticamente se criaron con la abuela, doña Angustias al fallecer relativamente joven su yerno Antonio.

Dos años después, cerrada ya la singular Venta de Vargas, el primer negocio que utilizó el edificio fue una panadería, cuyo anuncio publicitario en “Córdoba Gráfica” del año 1933, daba cuenta de la situación y de sus productos:

PANADERĂŤA DE SAN MIGUEL

– FRANCISCO MOLLEJA CANTERO –

Situada en la antigua Venta de Vargas

(CARRETERA DEL BRILLANTE)

Establecimiento de Comestibles Finos y Bebidas

SERVICIO A DOMICILIO — TELÉFONO : 336

De esta forma, el entrañable rincón cedía protagonismo a otras actividades, tras cumplir una etapa, y pasaba a formar parte de la historia popular de Córdoba.