Crónica de Ladislao Rodríguez Galán

El Círculo Taurino de Córdoba organizó una cena de socios para homenajear a Rafael González «Chiquilín»,  director artístico de su Escuela Taurina con motivo del XXV aniversario de Alternativa. Con tan acertada y justa escusa se reunieron en una cena (de la que damos cumplida cuenta en otra página). Sin embargo, como apuntó el presidente Alfonso Téllez, en la misma cena, el homenaje continuaría días después con una fiesta campera. Llegado el momento la anunciada reunión campera se hubo de aplazar por una serie de motivos. Entonces se programó para primeros de 2018. Y efectivamente, tal como estaba previsto, se celebró. Fue una reunión social con cerca de doscientas personas entre socios, amigos y familiares del torero.

La organización, con la complicidad de María José, esposa del torero, tenía preparada una sorpresa que resultó sorprendente y emotiva para todos los presentes. Sin que el torero sospechara nada, hermanos, sobrinos y amigos  esperaban en una sala de la mansión a que Alfonso Téllez, en el medio de ruedo dirigiera unas palabras a los asistentes. En un momento preciso, acordado de antemano, entran al ruedo los sobrinos del torero portando un ramo de flores la pequeña Marina. La niña le entrega el ramo y sorprendido por esa presencia Rafael le pregunta ¿Qué hacéis aquí? ¿Quién os ha traído?. En ese momento Téllez da entrada al numeroso grupo. Por la puerta de cuadrillas irrumpen en el albero, hermanos, sobrinos, tíos y amigos…     . A punto estuvo el torero de caerse de espaldas por la sorpresa. Se repartieron besos y abrazos en medio del aplauso general.

Entonces toma la palabra Rafael Cremades y, con su característico humor, dice que la escena parecía sacada de su programa de los pueblos. Tuvo palabras de cariño hacia su amigo Rafael y agradeció al Círculo Taurino este gran detalle con el director de su escuela, que está realizando una gran labor por su entrega y conocimientos. Es fácil imaginar que Rafael, apenas pudo articular alguna frase cuando le correspondió hablar. Tenía un nudo en la garganta y un pellizco en el corazón. Fue un momento muy emotivo. Por fin habló y dijo sentirse abrumado por tanta emoción.

Enseguida cada uno a su burladero porque el becerrete estaba a punto de saltar al ruedo. Y así fue. Por la Escuela estuvieron bregando los alumnos Antonio y Álvaro que alternaron percal y franela. El animal no dio el juego deseado. Era difícil por ambos pitones. Dos presidentes, Alfonso Téllez, del Círculo Taurino y José María Portillo, del Castoreño, dieron el paso al frente y, muleta en mano, se dispusieron a enhebrar faena. No pudo ser y eso que ambos atesoran experiencia en estas lides. Bien está que no salieron volteados. Algunos «voluntarios» más y todos a comer. Ricas viandas y variados platos antecedieron a un rico arroz. En el campo es lo mejor.

A eso de caer la tarde un DJ animó el ambiente y, como la noche no tiene pared, se alcanzaron altas horas inmersos en la fiesta. L. R.