Y Tovar se enfermó de Colombitis

** El  venezolano cortó tres orejas en la corrida que cerró del ciclo ferial tovareño.

El torero Jesús Enrique Colombo, salió a hombros y la por puerta grande del «Cristo Rey»  en esta feria de Tovar al cortarle las dos orejas a «suertudo», el segundo toro de su lote y último de la tarde.

El diestro nacido en el Táchira, descifró las embestidas del astado llevándolo lento y toreándole por alto, ya que al bajarle la muñeca, el pupilo de Edgar Bravo se iba de las patas delanteras.

Este defecto, no fue obstáculo para que Colombo desarrollará una labor muleteríl de importancia artística, templada, lenta y elegante, haciendo pausas entre tanda y tanda para darle aire a «suertudo».

Al momento de ejecutar la suerte suprema, Jesús Enrique Colombo, suelta la muleta y cuerpo limpio, al mejor estilo de Antonio José Galan, se le va encima a «suertudo» y coloca un espadazo hasta la bola en los lomos del ejemplar de San Antonio, el cual cae sin puntilla, entregando así, la dignidad de su  vida en honor a la fiesta brava y Colombo recibiendo la ovación de la afición y las orejas del ejemplar, otrogadas a toda ley por la autoridad del coliseo.

En su primer toro, el tercero de la tarde, Colombo exprime con la muleta, las pocas embestidas de «comilón» – el más pesado de la corrida  con una romana de 500 kilográmos-,  el cual, se fue amenos en la medida en que transcurría la faena, obligando al torero tachirense a colocarlo en suerte para estoquearle con una precisión tal, que le fue concedida una oreja sin reparo, por la presidencia de la plaza.

Los demás compañeros de cartel

La feria de Tovar en su edición 176 llegó al final en lo taurino, con un cartel compuesto por un español Juan Serrano «Finito de Córdoba, y dos venezolanos, Rafael Orellana y Jesús Enrique Colombo, quienes lidiaron un encierro de la Ganadería  de San Antonio, propiedad de Edgar Bravo, bonitos de lámina, con la edad, el trapio y el peso exigidos a una plaza de la categoría que tiene el coliseo «El Llano» de esta jurisdicción andina.

Luego del paseíllo, sale al albero el  diestro ibérico Finito de Córdoba,  quien con su primer morlaco no se entendió y a pesar del esfuerzo hecho para justificar su presencia en esta centenaria feria, no consiguió mayor cosa que unos leves aplausos del soberano.

Con su segundo astado -el cuarto de la tarde-  no se sintió cómodo, no quiso exponerse más de la cuenta y abrevió pasaportándolo apena dando algunos pases de trasteo, pasando este veterano matador de toros español, sin pena ni gloria.

Por su parte, el de la casa, Rafael Orellana en su primera salida se consiguió con un sanantoñense complicado;  de embestidas intermitentes que le complicó los pocos, pero lúcidos pases que pudo ejecutar, resumió su labor con un acero entero.

En su segundo toro, el hijo de Nerio Ramírez lo recibió con elegantes lances, pero luego en la flamula, el burel se vino abajo, y a pesar del esfuerzo por lucirse con la afición, este no tragaba  más de cuatro pases, e incluso pudo poner en riesgo la integridad física del diestro venezolano en algunos pasajes de su faena, por lo que procedió a darle suerte suprema, siendo de resultado efectivo

por Carlos Alexis Rivera. Fotos Federico Montes

Ficha de la corrida

Juan Serrano: Aplausos leves y silencio

Rafael Orellana: Aplausos leves y silencio

Jesús Enrique Colombo: oreja y 2 orejas.