El Califa de Araguas estuvo voluntarioso con el primero, aunque sin centrarse. Ante el cuajado cuarto, bronco y muy complicado, cumplió. Mal con el descabello. Juan José Varela no se acopló con el segundo, al que toreó sin temple. La suerte suprema la ejecutó con la zurda. Con el peligroso quinto bastante hizo con quitárselo de en medio. Cayetano Ortiz lanceó con gusto al tercero y lo toreó con ritmo y suavidad en varios muletazos lentos y largos. Oreja de ley. Ante el sexto, un toro por cuajo y hechuras, ha manejado con gusto y soltura el capote. Muleteó con temple y suavidad al tardo y soso novillo y al que lució el francés con muletazos hondos. Mató de estocada baja que impidió el corte de la oreja.