Eran tiempos de damas con faldas largas y caballeros de etiqueta rigurosa. Madrid resplandecía de arte y toros. Una diva de la danza traía al retortero la flor y nata de la intelectualidad y la aristocracia, convertidos en rendidos admiradores de su belleza, su personalidad y su baile, Tórtola Valencia. Todas las noches, la puerta de su camerino se parecía al mostrador de una churrería en busca de buñuelos y chocolate en madrugada de invierno. Allí se encontraban literatos, músicos, pintores, dramaturgos, malabaristas y buscavidas y algún pro hombre de
Aquel año, 1.913, la temporada taurina comenzó my temprano en Madrid. La empresa programó el primer festejo, una novillada, en el mes de Febrero. La genial artista accedió asistir a la corrida ante la insistencia de un plumilla taurino de su «corte particular». Tórtola estaba feliz, era la primera vez que asistía de espectadora a una corrida de toros. Como era habitual no iría sola, todo el enjambre de admiradores la acompañaban en su localidad de barrera. Poco tiempo permanecerían en la plaza.
El primer novillo de la tarde, al intentar pararlo el espada de turno, Andrés del Campo «Dominguín» fue empitonado brutalmente causándole la muerte prácticamente en el acto. La cornada le prendió en el bajo vientre desparramando la sangre en
La mañana siguiente, atendiendo su llamada pasé por el hotel.
– Quiero que hablemos del torero que vimos ayer – me dijo después de saludarnos.
– Se llamaba Andrés. Cuando tenía 13 años, su hermano mayor, que tenía 13 más que él, llamado Domingo. fue también muerto en Barcelona por un toro de Miura, en 1.900, 13 años antes de la muerte de este, de Andrés, al darle el primer capotazo.
– ¡Lo mismo que este! – inquirió con asombro.
– Si, lo mismo. Y los dos fallecieron con 26 años de edad con un intervalo de 13 años.
– ¡Trece años! – murmuró Tórtola impresionada – Trece años — y precisamente en el año 13 del Siglo. – y se quedó absorta.
– Si quiere asistir al funeral del torero me ofrezco a acompañarla. Se oficiará el día 13 de Febrero.
Tórtola Valencia no asistió al funeral de Andrés del Campo «Dominguín» el día 13 de Febrero de 1.913.
Otro 13 de Febrero, de 1.955, fallecía la popular bailarina.
Estas circunstancias no son producidas por macabros augurios supersticiosos, simplemente casualidades que podrían haber sido escritas por un literato borracho.