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Artículo de Juan Carlos Navas Gómez. Escalera del Éxito 122         

Una bonita tarde de la primavera de 2013, me acerque a la bonita finca de “Espino Rapado” en San Pelayo de la Guareña, pueblecito salmantino próximo a Ledesma.

Dicha finca es propiedad del matador de toros salmantino figura del escalafón de hace unos años, escalafón que entonces era frondoso y habia un listado amplio de figuras entre los que se iban y los que llegaban, ya que a Pedro le cogió la época del adios de aquella figuras de la tauromaquia como Puerta, Camino, Viti etc.

            .Aún asi fue un hombre contumaz, que cuando los compañeros lo veian en el patio de cuadrillas sabian que esa tarde en el paseillo tenian un guerrero al lado dificil de doblegar.

            A Pedro siempre le tiro el toro y dentro de lo de bravo lo de murube, y asi ha llegado a terner tres hierros, uno de la Unión de Criadores de Toros de Lidia como el de San Mateo, y otro dos como son el que tiene a nombre de su esposa de Carmen Lorenzo y el otro San Pelayo, todos ellos con  la casta  murube. Decir que estas ganaderia se encuentra en un momento de dulzura.

            Volviendo al hierro de la Unión, San Mateo, este procede del adquirido en 1885, por Carlos Contradi de Rafael Lafite. Una de las dos ramas en 1890 la adquiere Jose Moreno Santamaria, y en 1910 al fallecer este, una parte fue para su hermano Anastasio, y la otra para sus sobrinos Francisco y Justo, en 1923 se aumento con vacas de Campos Varela en 1948 dividida entre ambos. Por fallecimiento de D. José la hereda su hija Pilar Rufino Martin, y ej 1983 fué vendida a Jose Romero Perez, que elimina todo y compra un lote de vacas y sementales de lo de urquijo de Antonio Ordoñez, en 1984. Definitivamente en 1987 es adquirida por su actual propietario, que en prinpio la anuncia a nombre de sus hijos y desde 2009 como San Mateo, denominación actual de la ganaderia.

            En una finca de 600 Has. que se encontraba  debido a las lluvias de meses atrás de un verde que daba gusta el verla, se encuentran esos animales de murube que se lidian por toda nuestra geografia cosechando éxitos como el ultimo de la feria de San Isidro donde Diego Ventura tuvo un rotundo extio con seis bravos toros que lidió en las Ventas.

            El toro de murube todos sabemos que antiguamente era un toro con unas caracteristicas muy tipicas ya fijadas desde los tiemspo de Joaquin Murube el heredero que continuo haciendo un encaste diferente procedente de los toros linea Vistahermosa-Saavedra, encaste mas importante de esos siglos en el que ya el toreo a pie tenia una preponderancia.

            Era un toro carifosco, de perfil acarnerado con esos ojos que eran dificil observar al matador delante de ellos, de un gran tercio anterior, pero cercanos al suelo con buena badana y una cuarta de manos, y sobre todo un toro con un galope especial y un tranco mas en umbestida.

            En los tiempos modernos encaste preferido por los rejoneadores por ese galopar a la grupa y ese no ponerse por delante del cabalo y en los coletudos de a pié un toro con una embestida entregada y un galope que transmite algo diferente.

            Pedro en la actualidad tiene unas 300 vacas y 19 sementales con los que trabaja para fijar unos caracteres, entre ellos se ha preocupado de quitar lo mas acarnerado porque a él esos toros me decia que le daban “jindama” al no verle bien lo ojos al torear, pero si ha logrado eliminar el problema de las caidas por la cocidiosis y por la falta de selenio.

            “Valenciano”  indultado en Tomelloso por Enrique Ponce, toro con clase y bravura ha pasado a engrosar la lista de padreadores.

            El tienta todo, machos y hembras y de esos sementales entre los que destacan el 34 Africano, el 36 Bailador o el 18 Botinero por referirme alguno, trata con la ayuda de su hijo Pedro de mantener sin consanguinidad alguna el encaste propio ya “capea” pues esos urquijos-murubes llevan en sus manos 26 años. Cualquier ganaderia en ese tiempo ya ha fijado unos caracteres propios y Pedro padre e hijo tratan de mantener esa bravura enclasada de este encaste que gusta tanto a los de caballo como a los de a pie.

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