Por José Julio García. Escalera del Éxito 103

Por la vitalidad artística, la originalidad y la profundidad de su toreo con que arrancó Francisco Vega Serrano, de apodo «Curro Puya»,como su infortunado tío, muerto en 1931, en sus comienzos taurinos despierta grandes esperanzas. Jaleadas sus primorosas maneras de artista genial, con sentimiento y gracia, por payos y calés, creían estar ante otro gran «Curro Puya». Nadie de quien acierta a verle, entonces, piensa que va a durar una siesta en el toreo y se marchará de puntillas para dedicarse a mozo de espadas en la cuadrilla de Antonio Ordóñez.

Nacido en Sevilla, el 21 de marzo de 1928, sobrino de los Vega de los Reyes «Gitanillo de Triana», rompe a torear en 1945, pisando la mayoría de los ruedos españoles.

El calé se presenta con picadores, el 15 de abril de 1948, en Sevilla, alternando con «Andaluz Chico» y Chaves Flores, para dar réplica a seis novillos de Antonio Flores Tassara. Los públicos acogen con agrado sus deste llos toreros, rubricado con los trazos de gracejo y donaire que caracteriza la clase torera de los gitanos. Mas, aunque se atesore arte, no se puede andar por el toreo con cautela y timidez. En su primera salida al ruedo madrileño de LasVentas, se las ponen como a Fernando VII, que le colocaban las bolas de billar para hacer carambolas, ni por ésas, su actuación tiene relieve. Fue debut y despedida. En tal ocasión lidia novillos de Galache, con Luis Peña y Julio Aparicio.

Desaprovechó las oportunidades que le dieron

«…Se hundió porque faltó cimientos»