La asociación de toreros que fundó la empresa de la plaza México: Unión Mexicanos de Toreros, A.C., organizó una novillada, fue la décima del serial. Nadie sabe si realmente el festejo lo armó esa agrupación o sólo prestaron el nombre.

La duda surge porque el cartel no era diferente a los que se han presentado durante la temporada: sin pies ni cabeza. ¿Un cartel de selección en la penúltima de la temporada?, suena a vacilada, cachondeo, falta de imaginación taurina, ineptitud.

En todo caso, si querían algo de seis, se hubiera hecho con los que mejor han estado en la temporada, pero no.

La agrupación, o la empresa, ¿les habrá cobrado a los actuantes?, había tres diestros en el cartel con 30 años de edad o más, entiendo perfectamente los deseos de los novilleros de torear, su afición y ganas de ser alguien importante en la fiesta, eso no es reprobable; lo absurdo es que les den coba, que los programen, quizá hasta pidiéndoles dinero por torear, como si la plaza México fuera una plaza de trancas.

El objetivo de las novilladas, hasta los antis lo saben, es que los toreros aprendan el oficio para hacerse matadores de toros. Se entiende perfectamente que aquellos que quieren ser toreros tengan aspiraciones y busquen torear como se pueda, pero las empresas deben tener la sensatez de contratar chavales con edad apropiada, jóvenes con posibilidades, con cualidad y hasta con buen físico. Rodolfo Gaona decía que para ser torero había que parecerlo.

No se trata de discriminación por feos o bonitos; simplemente un chaval que no tiene figura de torero, es porque no se cuida, porque no entrena y porque no tiene afición.

En el papel de la mencionada novillada de la decena, quien daba esperanzas a los aficionados de obtener un triunfo era Alejando Lima “El Mojito”; sin embargo, su inexperiencia y la falta de asesoría en el callejón, lo llevaron a pegar un petardo. Es cierto que estuvo bien con capote y muleta, pero un toro vivo es un petardo.

Alejandro Lima andaba muy ilusionado, el pasado miércoles estuvo en la UPAEP, una de las universidades más prestigiosa de la ciudad de Puebla, en la tertulia habló de su vida profesional. Paralelo a su carrera taurina, estudia en la facultad de derecho de alguna universidad tlaxcalteca, al chaval le brota la afición por todos los poros. Me parece que es un chico inteligente que capitalizará la mala tarde y le dará la vuelta a la página.

Los cinco diestros que actuaron a pie deberán echarse un clavado a su interior, analizar si tienen futuro en la fiesta como toreros o buscan otros horizontes.

La empresa de la plaza México también debería hacer un ejercicio de introversión sin darse coba, reconocer que pocas temporadas, en los 68 años de vida de la plaza más grande del mundo, han sido tan inicuas como la actual.

Si acaso el novillero Antonio Mendoza los salva del fracaso absoluto, aunque no fueron capaces de aprovecharlo, no obstante un triunfo en la primera del serial, lo repiten hasta la quinta.

Igual que algunos novilleros, la actual empresa de la plaza México debería pensar en retirase, es tiempo de irse.