Crónica y fotografías de Ladislao Rodríguez Galán. Escalera del Éxito 260

El matador de toros sevillano Juan Ortega, una vez recuperado de su lesión en la muñeca izquierda, se está preparando a fondo para la cita del día 12 en Córdoba donde, como es sabido, se enfrentará a Morante de la Puebla en un vibrante mano a mano con reses de Jandilla – Vegahermosa..

Con tal motivo asistió a un tentadero en la finca de Villalobillos, donde pastan las reses del ganadero Ramón Sánchez, que le tenía preparadas cuatro vacas para desentumecer músculos.

Fuimos muy pocos los afortunados que tuvimos la ocasión de deleitarnos con el toreo en su más pura esencia salido del corazón de un figurón del toreo como es Juan Ortega.

A su exquisito gusto toreando hay que unir, es de justicia, que enfrente tuvo un ganado excepcional de principio a fin. Un ganado que fue un dechado de bravura, bondad y calidad en la embestida. Cualidades que ya se les apreció cuando acudieron, con alegría y buen tranco, al caballo del piquero  Pedro Muñoz.Pero es bien sabido que el toro bueno es el que descubre a los toreros. Sin embargo esta tarde Juan Ortega refrendó su buen estado de forma y exquisito gusto en el manejo de la muleta toreando con la categoría que le abrieron las puertas de Madrid y Sevilla. Temple, sentimiento y clase fue su tarjeta de visita en el albero de Villalobillos.

La muleta de Ortega parecía imantada a la testuz de los animales que repetían una y otra vez sin hacer un solo extraño y sin desparramar la vista, viendo solo la pañosa que le mostraba el torero y que seguían con un celo extraordinario. Ni se sabe cuántas series, por ambos pitones, instrumentó Juan a esta joya de ganado. Torero y ganado nos volvieron locos. El toreo bien interpretado es una obra de arte de una enorme dimensión. Por eso los tendidos se encienden  cuando la pureza y el arte emanan del capote y la muleta del torero.

Vino a probarse y se demostró a sí mismo, y a los presentes, que está pletórico y en un momento de Gracia que le hace sentirse esperanzado en la tarde del día 12, donde, si un toro le mete la cara va a formar un taco de los gordos. Calidad y arte le sobran y de la muñeca ya está recuperado. No se resintió en absoluto y de la zurda surgieron tandas con una cadencia y temple propias de un gran maestro.Nos dio coraje que se acabara el tentadero. Tanto el ganadero Ramón Sánchez, como sus hijos (también ganaderos) Álvaro y Ramón estaban muy satisfechos y a la vez agradecidos de que Juan Ortega, con los lienzos de que dispuso, hubiera creado unas obras de arte tan sensacionales.

Ortega continuará con su preparación porque como el nos dijo» Es una responsabilidad muy grande torear en Córdoba junto a una de las más grandes figuras del toreo actual como es Morante. Además, indicó,  es una tarde muy especial porque es la única plaza de toros de primera categoría que va a dar una corrida de toros esta temporada y por tanto todas las miradas del mundo taurino: profesionales, prensa, aficionados, etc… van a estar pendientes de lo que suceda esa tarde. La afronto con muchísima responsabilidad, pero también con muchísima ilusión».

Ojalá todo salga bien. Suerte Maestro.