A lo largo del año se celebraron 58 corridas de toros, 26 de ellas en el marco de las ferias de primera y segunda categoría y 32 en cosos de provincia, dato éste significativo pues es en los pueblos donde comienza el resurgir de la fiesta. Estas cifras representan un ligero incremento con respecto a la temporada 2008 en la que se dieron 48 corridas y 7 novilladas y un mantenimiento con 2007 en cuanto a festejos mayores, ya que ese año se celebraron 59 corridas pero hubo más novilladas, con 18 entre picadas y sin caballos. Por el contrario este año sólo se celebraron 5 novilladas con picadores, dato alarmante ya que se dan muy pocas oportunidades a la generación de relevo.

En 2009 han toreado en Venezuela 52 matadores de toros, 27 venezolanos, 19 españoles, 3 colombianos y con un representante cada uno, espadas de México, Francia y Perú. En cuanto a los novilleros, 16 hicieron el paseíllo a lo largo de la temporada, siendo Fernando Tendero el único español. En la especialidad del toreo a caballo, actuaron cuatro rejoneadores, siendo José Luis Rodríguez el líder, un año más de su escalafón.

Es importante destacar la presencia de la fiesta en diversas poblaciones del país, lugares incluso en los que desde hacia tiempo no se daban festejos taurinos, siendo Manuel Medina “El Rubi” en su faceta de empresario uno de los puntales de la temporada pues llevó la fiesta a muchos lugares, dando oportunidad a jóvenes toreros venezolanos en las casi 20 corridas que organizó, así se fomenta la renovación del escalafón. Las ferias grandes gozan de buena salud, aun cuando hay que seguir trabajando sobre todo en los abonos de Valencia, que registró un descenso en cuanto al número de espectadores a pesar de sus buenos carteles, y Maracaibo donde no se registraron los llenos de temporadas pasadas.

Sin embargo la fiesta se mantiene con claros visos de crecimiento en cuanto a número de festejos y calidad de los mismos, se debe eso si fomentar la celebración de novilladas para que los jóvenes aspirantes tengan oportunidades para aprender el oficio y exhibir ante la afición sus progresos. De no ser así, la batalla se perderá pues es en los novilleros donde está el futuro de la fiesta.