Dice el refrán que sin mimbres no hay cesto, y así contra la mala condición del ganado se estrelló la buena clase torera de Uceda Leal, que cumplió sobradamente en la rúbrica de sus dos faenas con sendos estoconazos de los que le acreditan como as de espadas.

 

El Cid salió del trance sin lucimiento apenas y en el quinto, enrazado, no fue como el Campeador y falló con la tizona al despachar al toro de un bajonazo.

 

Miguel Tendero como buen idem trato de vender su estilo torero pero no ganó cotización alguna en esta ocasión. El banderillero Antoñares, de la cuadrilla de Uceda Leal lidiando al quinto sufrió una fractura de radio distal pendiente de estudio radiológico. Se redujo bajo sedación.

 

Esperamos que mañana, festividad de San Isidro el patrón de Madrid no nos envié sus bueyes.