Con varios minutos de retraso, sobre la hora prevista, dio comienzo la corrida de  ayer en Almagro, donde Carmen Martínez Bordiú era la madrina de la misma. Allí en su burladero esperaba que la tarde diera comienzo. Como bien es sabido, es una gran aficionada a los toros, y en esta ocasión a quien tenía ganas de ver era a Miguel Ángel Perera, pero no pudo  disfrutar de su toreo por el mal juego del ganado. Sí lo hizo con Manuel Jesús El Cid, que mostró la clase de torero que es. Por su parte, Morante de la Puebla dejó destellos en el albero de la ciudad encajera.

 

            Pocas cosas que contar en  una tarde que se presumía que quedara para el recuerdo en los anales de la historia taurina en Almagro. Siempre se ha dicho que luego llega el toro y lo descompone todo. Pues eso pasó ayer. Tan sólo el segundo mostró una poquita más de raza y nobleza que sus hermanos. El astado fue a parar a manos de Manuel Jesús El Cid que le realizó una faena, sobre todo por el pitón izquierdo, de clase y mando. Buenas trincheras para rematar la faena en la que deja una estocada algo desprendida y trasera, con la que consigue arrancar dos orejas a su oponente. De salidas este ejemplar de Salvador Domecq salió avanto y tuvo que saludarlo en los medios El Cid. Se desmonteró Rafael Perea El Boni.

 

            Si hubiera matado a la primera en el quinto de la tarde, es posible que otra oreja hubiera paseado por el albero almagreño. En esta ocasión El Cid lo toreó muy a gusto con el capote, bajándole la mano y dejando una media de cartel de toros. Con la muleta el toro se apagó enseguida, pero se pudo comprobar la predisposición de un torero llamado Manuel Jesús El Cid.

           

Morante de la Puebla dejó su huella y aroma en Almagro. Pero no derramó todo el perfume de su torería puesto que no había enemigos con los que mostrar sus dotes toreras. En el primero dejó retazos de su toreo, casi toda la faena la realizó por el izquierdo, ya que por el derecho el toro protestaba más. Mató de estocada desprendida, cortando la primera oreja de la tarde.

 

            En el quinto no tuvo ni que entrar a matar, ya que el descastado animal dobló antes de que se perfilara para matar. Tuvo que ser apuntillado en el albero. Tan sólo unas verónicas sueltas.

 

            Miguel Ángel Perera se igualó a trofeos con Morante de la Puebla, pero en esta ocasión el diestro extremeño demostró gran valor y aguante, ya que sus ejemplares se quedaban cortos en mitad del muletazo. Se tuvo que inventar las faenas y tragarles mucho. A su primero lo mató de un pinchazo y estocada en lo alto. Y al que cerraba plaza de una estocada tendida y caída.

            Tarde con ciertos matices en la que el aficionado vio poco toreo de calidad, a pesar de la terna.

 

 

 

Ficha técnica

 

Ganadería: Se lidiaron seis astados de Salvador Domecq de juego desigual y de presentación.

 

Morante de la Puebla:  Oreja y división de opiniones.

Manuel Jesús El Cid:  Dos orejas y saludos desde el tercio.

 Miguel Ángel Perera: Saludos desde el tercio y oreja.

 

Aforo: Tres cuartos de entrada.

Cuadrillas: Se desmonteró en el segundo Rafael Perea El Boni de la cuadrilla de Manuel Jesús El Cid, y en el tercero Juan Sierra, de la cuadrilla de Miguel Ángel Perera.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Crónica y fotos Raquel Montero