• MANUEL RODRÍGUEZ SÁNCHEZ (ESCALERA DEL ÉXITO Nº – 131 – IN MEMORIAN) SIGUE VIVO … 

    Islero me ha apuñalado de muerte… Soporto en esta cama su impertinencia, ¡le comprendo, cumplió con la historia…!

    Las vivencias pasan vertiginosas, como en imprecisas postales de recuerdos, que se agolpan de pronto y buscan salida de forma atropellada. Así he de afrontar la última secuencia de mi vida, con la muerte fatal del protagonista y su exhumación. Un acto patético al que tendré que asistir junto a mi gente de Córdoba y de todas partes, y llorando, seguro que llorando. Presiento que llegaremos tarde a la Salud… Y veo que se alumbrará el pasillo por donde me llevan, con un candil; un hilillo de luz suficiente para guiar la procesión de los que han de acompañarme.

     

     Pirograbado a Manolete Titulo: MUERTE DE MANOLETE, Autor: José Luis Cuevas Flores

     Le pido a la vida que aquí se queda, me guarde el terno rosa para brindarle cuando pueda un toro a mi ciudad, como se lo brindaría a una mujer de la que estuviera profundamente enamorado; no olvido que ella -mi tierra – ¡me quiere tanto¡, que en ocasiones por tanto amor, me han chillado por culpa de mis imperfecciones… y no pretendo defraudarla. Me acerco todo lo que puedo a su grandeza, tratando de ofrecer lo más sublime de mis inspiraciones, para solidarizarme, un poco al menos, con su propia historia.


    Islero ha truncado mi trayectoria, está a punto de cerrar una página, en la que sólo ha sido protagonista en el último día, y ni siquiera ha entendido ¡por qué hay que morir!…cuando tan generosa y apetecible es la vida, mi vida. Sin embargo, enfrente, en la acera del contrasentido, el toro y yo, la fuerza irracional y la racionalidad, a la misma hora, en el mismo minuto la fiera y yo hemos aprendido a morir…

    Estoy repasando en estos momentos, al filo de las cinco de la madrugada, episodios trágicos, recordando con la agonía muy presente, el accidentado y penoso traslado de mi maltrecho cuerpo, desde la enfermería del coso de Santa Margarita, a esta habitación del Hospital de los Marqueses de Linares. Y emparejados, en una visión agridulce, también aparecen con fuerza los besos de mi madre, la jovialidad y el cariño de Lupe, la entrega de Camará, Guillermo, Chimo… 

     

    Y a la vez revivo con un regusto triste, la primera tarde en Montilla, o la presentación en Los Tejares, o la alternativa en Sevilla, o la cicatriz que me acompaña desde que me la marcó un toro en San Sebastián, y siento y gozo el natural que me permitió crear Perfecto en Barcelona, y la faena a Ratón en Madrid, y me brotan lágrimas cuando recuerdo la inauguración de la Monumental de México, y… ¡tantas y tantas situaciones entrañables!…

    Lo siento amigos, las manecillas del reloj se aproximan al límite de mi vida, ¡son las cinco y cinco de la madrugada!… ! don Luís ya no veo, ¡….. Sólo en el fondo, entre nubes y arenas azules, distingo a Lagartijo, Guerrita, Machaquito… me están esperando, me necesitan para montar un cartel de califas del toreo…

     

     FRANCISCO BRAVO ANTIBÓN