El torero de Utrera, Luis Vilches se ha topado con el toro que, en principio ha parecido tener más movilidad. Tuvo un comienzo de faena artística con pases personalísimos y en la primera serie por el pitón derecho, ya arrancó a la banda del maestro Tejera. Siguió por ese pitón una serie más para, después cambiar al toreo al natural por donde el toro fue a menos. El público estaba expectante, deseoso de verle pegar una serie de muletazos de su toreo sevillano que los embriagara, pero esta vez pudo más el miedo. La cogida de Cenicientos está cerca en el tiempo y aún tiene que cicatrizar. Lástima que la espada hiciera guardia, porque si no, estaríamos hablando de otra oreja. Por eso, al caer el toro recibió una ovación desde el tercio con los sentimientos a flor de piel. En el segundo de la tarde no pudo hacer más que estar delante, porque el toro lo buscó una y otra vez, afortunadamente sin acierto.

El torero vallisoletano Joselillo toreó a su primero sobre todo por el pitón derecho, pues por el izquierdo se colaba un poco más. No estuvo mal el castellano pero pareció que no terminó de acoplarse. Lo mejor la estocada, en la que se atracó de toro y resultó enganchado sin consecuencias. En el sexto de la tarde debió de tener opciones de triunfar, pero se le escapó. Dio muchos muletazos, por ambos pitones,.. Pero acabó yéndose la posibilidad. El público cada vez se aburría más de ver tanto pase sin transmisión y emoción. Además estuvo un poco acelerado y no se adaptó nunca a la embestida. El público aguantó hasta el final sin abandonar su localidad, pero finalmente no pudo ser.

Al murciano Rafaelillo le tocó el lote menos propicio para el triunfo, pero se la jugó a una carta sin dudarlo. En su primero probó por ambos pitones y por el izquierdo se le coló y lo buscó varias veces, pero el torero no dudó y estuvo hasta el final luchando. Mató de estocada y recibió una ovación. En el cuarto se fue a portagayola, un tanto lejos, y el toro salió por toriles de la misma forma que los hermanos, así que salió parado, andarín y buscando. Se le paró justo delante y no pudo hacer más que tirar el capote y salir corriendo. El toro desarrolló sentido e intentó encontrarlo sobre todo por el derecho. Estuvo metido en la faena y muy comprometido, así que el respetable se lo supo agradecer con otra calurosa ovación después de matar de otra estocada.

 

 

 

conchita rodriguez ortiz web.jpg       Desde Sevilla, crónica de Conchita Rodríguez Ortiz