Yo desde luego me quedo con la alternativa de Moral, que aunque sea en el corpus, seguro que dará más juego que esta. De la tarde solo se salvan las verónicas del que abrió plaza, que hubo de ser devuelto ya que tuvo la mala suerte de partirse una mano. Ahí cambio su suerte y la de la tarde.

La inspiración de la tarde llegó a la maestranza de manos de Morante de la Puebla. Este torero está en un momento importante, muy firme y encima con detalles de los que no se olvidan. Ese toro tercero no era sencillo pero el de la Puebla estuvo inteligente y claro de ideas. De salida le dio cinco verónicas apauladas, de las más lentas que he visto en mucho tiempo, con las muñecas y la cintura partida, rebosantes de clase y de calidad. Se le veía pausado, sin moverse, relajado total y sabiendo lo que hacía en cada momento. Nazaré intentó el quite pero el aire molestó. El toro no era fácil aunque tuvo dulzura y calidad humillando y obedeciendo al engaño. La mejor serie rematada y más larga vino por el pitón diestro y por ahí casi le basó Morante la faena. Lo enseñó a embestir primero, y luego lo fue obligando en series de toreo puro y caro. En la primera serie al natural el toro no se definió en un principio, pero lo fue metiendo poco a poco. Hubo una serie final en la que dio un derechazo que cambió por la espalda y se quedó a pies juntos dando una serie de cinco derechazos muy enfrontilado que remató con trincherilla por bajo. Pena que pinchara el de la Puebla, pero aun así la gente le aplaudió para que diera la vuelta al ruedo. El público estaba en pie enloquecido. Pena que el hijo de Tristán no haya tenido la sensibilidad suficiente de aficionado para que le tocara la música al de la Puebla.  El quinto de la tarde echaba la cara arriba y tenía una falta de raza y casta total, de manera que no le duró a Morante en la faena más de tres minutos y el público supo agradecerlo.

Enrique Ponce tampoco tuvo suerte en su lote aunque creyó tener alguna opción más en su primero, no pudo hacer casi nada aunque era distraído el toro humillaba y tenia recorrido. De pronto cambió de embestida y de comportamiento y nada mas pudo hacerse. Volvió a ponerse pesado el de Chiva y fue silenciado. Su cuarto toro no tuvo mal recorrido en un principio pero luego se volvió un esaborío y no transmitió nada de nada.

Como ya apunte al principio, el toro con el que Antonio Nazaré pudo hacer algo fue con el primero que fue devuelto. Brindó a su padre el de la alternativa y no tuvo material. El toro esa soso y con peligro y no le quedó otra que tragar y aguantar. En la suerte de matar tuvo que hacerlo todo el nazareno a toro parado. A pesar de meter la estocada tuvo que descabellar en varias ocasiones. El sexto fue uno más como sus hermanos, e incluso peor porque no tenía recorrido, era desclasado y además tenía peligro al quedarse muy corto en el viaje. No le quedó otra a Nazaré más que pegarse el arrimón que el público protestó.

 

 

 

   294200932535~1240977212187.jpg     Desde Sevilla, crónica de Conchita Rodríguez Ortiz