Pudo lucirse Manzanares en el sexto desde los comienzos y elaboró una faena sobre una base muy solida y muy inteligente. De salida el toro se frenaba mucho aunque metía bien la cara y tenía recorrido. El toro quiso poca pelea en el caballo y se iba suelto. En banderillas se lució como pedazo torero de plata que es Juan José Trujillo que saludó en el tercio montera en mano. La faena fue de menos a más. El de Alicante lo fue sobando poco a poco, sin atacarle en los comienzos con la muleta literalmente cosida a la cara para que no viera otra cosa que no fuera el engaño. Necesitaba que el torero fuera contundente con el, que lo pulseara, le midiera el ritmo de su embestida y sobre todo, firmeza. Así lo hizo el torero y lo fue engañando como un bobo. La primera serie fue de cinco derechazos por el pitón derecho el cual parecía el menos bueno. En la segunda serie le exigió más, le tocó fuerte y le bajó mucho la mano para obligarlo a embestir. Fueron largos y a cámara lenta con las bambas de la muleta arrastrando el albero. Prosiguió por ahí pero empezaba a fallar el invento, así que lo saco más al tercio para que se defendiera menos. Al natural con las muñecas, metiendo riñones y sacando pecho en tres series clamorosas. Volvió al pitón derecho y el run run subía de volumen por momentos viendo que aquello podía convertirse en obra de arte. Le dio su tiempo. Dos tandas más rematadas con una bella trincherilla por bajo. El toro no crean que era fácil, pues tenía sus complicaciones y se quedaba en las zapatillas pero fue muy exigente y Manzanares ha estado cumbre con él. Mató de estocada sin puntilla y le cortó las dos orejas para el recuerdo. El día del agua del año pasado fue el comienzo de un romance entre Sevilla y José Mari, entre el torero y la plaza, entre el artista y su público, el de Sevilla. El tercer toro era del hierro de Gavira, alto y feo el toro, corniveleto y alto de cruz y con mucho trapío. En este se desmonteró Curro Javier, feria importante esta de 2.009 para los hombres de plata. Era muy difícil que embistiera con esas hechuras y encima era muy flojito de manos, así que en cuanto el torero lo atacó un poco, el toro se acobardó y salió huyendo al ver que había perdido la batalla. Mató de otra estocada.

El otro triunfador de esta tarde ha sido Julián López El Juli, que día a día demuestra su momento álgido de madurez, de ideas claras, de mente despejada y de torero sobrado de facultades. Su primer oponente era un toro alto, largo y voluminoso y Julián lo lanceó muy bien a la verónica. En el quite tres verónicas, un remate a pies juntos y una revolera que encandilaron al respetable, pero aun estaba lo mejor por llegar. Lo vio el madrileño y se fue a los medios a brindar su faena a este público maestrante que por fin esta comprendiendo su tauromaquia. Comenzó doblándose por bajo con él y rematando con trincherilla. La primera serie fue extraordinaria arrancando la música en los primeros compases. Después dio otra de pases largos, templados y de mucha profundidad. Lo intentó al natural sin obtener buen resultado ya que en ese momento el aire soplaba más fuerte y molesto en demasía. Detalles de final de faena y broche de oro con la estocada con la que rodó. Oreja de mucho peso ganada a ley. En su segundo quiso El Juli impacientar al toro para que embistiera, pero era demasiado complicado el toro. Daba mucho tiempo entre tanda y tanda, muchas de las series eran cortas y aquello no remontó.

El que abrió plaza fue un toro noble del hierro gaditano de Gavira. Salió suelto de toriles y rápidamente Rivera Ordóñez lo fijó en el capote a la verónica a pies juntos desplazándose bien el animal. Parecía que quería agradar esta tarde en Sevilla y se lanzó a poner banderillas sin que el público lo pidiera. En el primer par el toro lo sorprendió y pudo clavar solo un palo por lo que solicitó permiso a la presidencia para colocar uno más al cambiar el tercio. Estuvo bien y aseado el matador y fue muy aplaudido. El tercer par el mejor por arriesgado ya que fue por dentro con el riesgo que ello conlleva. En el comienzo de faena pudimos ver a un Rivera inspirado y con ganas de torear pero todo se quedó en eso, en las ganas. El toro se defendió mucho y se pegó a tablas. Hubo pases por ambos pitones pero con poca transmisión. Al entrar a matar se quedó enganchado al pitón y le partió la taleguilla por la cintura. Cogida fea afortunadamente sin consecuencias. Acuso el torero el golpetazo en su segundo toro pues se le veía dolido. El toro tuvo buen recorrido y movilidad sobre todo por el pitón derecho que fue en el pitón que basó la mayor parte de la faena que no llegó a romper. Al marcharse se retiró a la enfermería y Sevilla aplaudió a sus compañeros de terna.

 

 

 

 

    284200923240~1240871063906.jpg  Desde Sevilla, crónica de Conchita Rodríguez Ortiz