Segundo festejo de la actual temporada en Madrid con la plaza registrando media entrada para ver al toledano Eugenio de Mora, el sevillano Pepe Moral y el segoviano Víctor Barrio, frente a seis toros descargados de pitones y juego desigual pertenecientes, primero, cuarto y quinto a la divisa sevillana de Martín Llorca y los tres restantes a la ganadería jerezana de Juan Pedro Domecq y Díez.

Eugenio de Mora tuvo en el primero un toro que no iba y tomó el engaño sin decisión de manera que la faena resultó desigual. Entró a matar con el brazo suelto y con un pinchazo y una estocada escuchando un aviso antes que doblara el astado. El cuarto descargado de cornamenta tomó la muleta en tandas continuadas. El toro embestía con soltura y la faena se alargó escuchando un aviso antes que doblara al astado de un espadazo y la Presidencia le concedió una oreja al final obligada por la insistencia del público en que concediera el premio indiscutible.

Pepe Moral se encontró con el segundo, un toro que va de engaño y la faena muleteril resultó desigual quedando fuera de cacho y quitando con el pico de la muleta. Atacando con el brazo suelto dejó una estocada trasera y los entusiastas le aplaudieron. El quinto lo recibió con grandes verónicas, el toro flojo de remos se quedaba corto en la arrancada y sin nada que destacar lo despenó de estocada trasera.

Víctor Barrio se él esperaba con expectación tras su triunfo en la pasada Feria de Valdemorillo y pareció que él quería corresponder al recibir al tercero de la tarde en el centro del ruedo esperándolo con el capote adelantado sin conseguir mucho lucimiento. La faena muleteril tuvo variedad por trincherazos, derechazos, aprovechando la nobleza del toro que flojeó de manos lo que restó calidad a cuanto hizo el diestro, atacando con el brazo suelto y yéndose detrás de la espada dejó una estocada siendo aplaudido. El sexto lucía una estocada de cornamenta, pero metía bien la cabeza al embestir. La faena fue por tandas de pases logrados. Acabó de una estocada y dos descabellos y fue despedido dando la vuelta al ruedo.

Esto fue todo pero el aficionado cada vez menos numeroso no salió muy contento y el público en general que desconoce muchas dotes del toreo del buen son y verdadero. Tenemos que recapacitar para evitar que el toreo caiga en un mal son.

 

 
José Julio García
Decano de la Crítica Taurina
Periodista – Escritor
Escalera del Éxito 103