Ya se escuchan voces de descontento entre los aficionados por el abuso en los que están entrando las empresas al programar tanto los mano a manos entre toreros como las actuaciones en solitario.

Se puede pensar que son un revulsivo para la fiesta pero la no inclusión de uno o dos protagonistas consuetudinariamente en las ferias, se volvió un aspecto recurrente, antipático y de no muy buen recibo para la afición.

Es una situación que encarece la fiesta porque es obvio que cada uno de los alternantes tenga que lidiar un astado más o en su defecto los seis cuando se programa en solitario, redundando lógicamente en emolumentos de mayor nivel.

Madrid en dos ocasiones con Iván Fandiño y Manuel Jesús El Cid (fracasos absolutos); definen como mano a mano la actuación de un rejoneador con un torero de a pie cuando las condiciones no son iguales, sin embargo asi lo anuncian; caso sui generis en Istres – Francia recientemente con El Juli cortando tres orejas ganando el pulso ante Morante de la Puebla; resulta que ahora en América y más exactamente en Latacunga – Ecuador, el diestro de La Puebla del Rio va a lidiar seis ejemplares de Huagrahuasi y Triana el 28 de noviembre y las empresas continúan en la misma tónica como si no hubiesen otras alternativas.

¿No se convierte en un espectáculo monótono los tales mano a manos y peor aún las actuaciones en solitario cuando la figura tiene que reforzar energías para dejar satisfechos a los espectadores?

Atractivo por ejemplo para Colombia ver anunciado a El Juli en solitario con seis ganaderías de encastes diferentes o con hierros que al ofrecérselos de difícil comportamiento, siempre rechaza. O un mano a mano (así sí bien llamado) entre Pablo Hermoso de Mendoza y Diego Ventura (muy complicado); o un mano a mano ganadero entre dos hierros, uno comercial y otro de los llamados duros pero con tres toreros.

La verdad es que las actuaciones en mano a mano o en solitario ya están siendo rechazadas por los aficionados que quieren observar competencia y no presentaciones que se convierten en monótonas y análogas sin dejar admirar novedades, recursos e interpretaciones diferentes de la lidia.