Fernando Robleño cumplió con su papel de director de lidia y se llevó esta tarde el peor lote. A buen seguro no se esperaba encontrarse con tan  delicado compromiso como el que le tocó enfrentar hoy en Alés.

 

A Sánchez Vara no le dejaron brindar la muerte su primero al público cuando parte del graderío le recriminó la actitud de su varilarguero. Cosas de la afición local. El diestro cortó sin embargo la oreja del quinto, el mejor del sexteto y que hizo honor al refrán. Con ello se llevó de manera un tanto sorprendente el premio al mejor lidiador de la tarde, cuando a mi modo de ver el gran protagonista del festejo fue Iván Fandiño, que ya pudimos apreciar hace un tiempo en Vergèze y que merece más oportunidades en otras circunstancias a tenor de lo presenciado hoy. El diestro vasco se mostró firme y cayó de pie en tierras cevenolas con sendos trasteos a dos oponentes nada cómodos, el primero de los cuales le propinó una severa voltereta.

 

El coso registró buena entrada a pesar de la climatología adversa.