Antonio Ferrera no logró acoplarse con su primero, un ejemplar que sacó su fondo de casta y con el que no se confió el extremeño, que lo despachó de dos pinchazos, una entera y dos descabellos. Algunos pitos y ovación al toro. Salió Ferrera dispuesto a darlo todo en el cuarto, un toro completo premiado con vuelta al ruedo,  al que saludó con una larga cambiada en el tercio. El Alcurrucén tomó un puyazo empujando con la cara en el peto y Ferrera llevó  a cabo un tercio de banderillas basado en la espectacularidad, destacando un par al quiebro citando de rodillas. La faena de muleta tuvo mayor eco por el lado derecho y en el final del trasteo ya en la cercanía de los pitones. Después de dejar un pinchazo sonó un aviso y agarró Antonio Ferrera una estocada caída de la que el toro dobló  después  de resistirse. Se le concedió una oreja que el torero visiblemente molesto por considerar la actuación de mayor calado tiró al suelo para meterse al callejón sin dar la vuelta al ruedo.

El segundo de la tarde flojeó de remos y fue devuelto a los corrrales. Se corrió turno y salió el quinto, que tomó un puyazo sin emplearse y echando la cara arriba. Abellán le realizó un vistoso quite por chicuelinas que remató con larga. Inició la faena de muleta con dos tandas por el lado derecho, a media altura y gustándose.  Después de probar la embestida al natural volvió con la diestra para firmar muletazos de buena factura y ligados. Al entrar a matar señalo un pinchazo antes de dejar una buena estocada perdiendo la muleta en el embroque. Ovación al toro y oreja. El sobrero de José Luis Marca salió frenándose ante el capote del madrileño y resultó deslucido y sin clase. Poco pudo hacer con un astado de corta embestida y con la cara a media altura,  con diferencia el peor de la corrida, al que Abellán pasaportó de tres pinchazos y descabello. Palmas.

El tercero de la tarde dio una vuelta de campana que acusó en un primer momento para luego recuperarse. Rubén Pinar inició por alto con la muleta y prosiguió por el lado derecho ligando bien los muletazos sin obligar al toro. Apagándose el astado, el albaceteño cimentó la segunda parte de su trasteo con un toreo encimista antes de volcarse para dejar una estocada que tiró sin puntilla a su oponente. Oreja. El sexto rompió en la muleta con nobleza y largura en la embestida, propiciando de nuevo  la ligazón como principal virtud de la labor del torero manchego, que terminó con una serie de manoletinas antes de agarrar una nueva estocada. Dos orejas.

 

2º de feria. Un tercio de plaza en tarde calurosa

Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de José Cubero “Yiyo” en el XXIV aniversario de su muerte en esta plaza.