7  DE  JUNIO

El cartel es seductor. Dos toreros de culto, o casi: Antonio Ferrera y Diego Urdiales con uno de los jóvenes más finos y formados, Ginés Marín. Cinco toros de Alcurrucén, ganadería triunfadora de otras ferias, y uno de su pariente cercano: “El Cortijillo”. Casi lleno está el coso. El primero se llama “Zambombo”…mal presagio, resulta ser un toro manso con cierta casta y cierto genio al que Ferrera casi le corta una oreja…el toro llega a la muleta más crispado que violento y el bueno de Antonio, tal vez, en el inicio-cimiento de la faena no lo “soba” lo suficiente para torearlo con más personalidad-suavidad… como en algunos pasajes de la segunda parte del trasteo. En la lidia del quinto, a Urdiales, le pasa algo parecido en él inicio-cimiento, el toro es más incierto que Zambombo pero va y viene treinta veces a la muleta…solo en el último tramo de la faena, Diego, consigue varios muletazos de su excelente concepto del arte de torear. Marín, ni bien ni mal porque su lote es la nada.

Sí, en realidad, cuatro toros de la corrida son un desierto de bravura, codicia, son, fijeza y emoción… más los dos “mini oasis” expuestos. No, los toros no son dromedarios cornudos…los toros son de los más ligeros en peso y defensa de todos lo que hemos visto en San Isidro. Tarde de toreros clásicos con toros modernos deslucidos… de mal juego y condición. ¡Que decepción!

9  DE  JUNIO

Cinco toros de Baltasar Ibán y el primer sobrero de Montealto, son una hermosura bobina-especial. Apariencias y formas de premio…quizá excesivamente armada es la corrida…pero los interiores, los fondos los tienen falsos y feos. Corrida áspera, dura, madura, desconcertante, con y sin sentidos, de embestidas cortas y tirando derrotes a diestro y siniestro. No, la corrida no es de medias tintas…la corrida es para lidiar-luchar, para pasaportarla sin más, o es para jugarse la vida a cara y cruz. Román –sustituye por lesión a Emilio de Justo- está por encima del merecimiento de su primer toro. Está valiente hasta la temeridad… está más tremendista que artista. Al entrar a matar en la suerte contraria… sufre una cogida-cornada gravísima… le llevan a la enfermería una oreja de épica. Por unos minutos aparece en él ambiente una especie de sicosis terrorífica. La veteranía y el compromiso de Curro Diaz devuelven la relativa paz al ruedo. Brinda al compañero herido y Curro dibuja, esculpe y firma muletazos y adornos de máxima categoría…corta una oreja de ética-estética. Pepe Moral no se encuentra a sí mismo… ni a los hermosos-maliciosos toros de su lote…correcto inicio de faena en su primero pero el toro se rinde enseguida. Tarde de miedos, tarde de emociones contradictorias…los toros son tan serios y peligrosos que captan la atención de los espectadores… despiertan la sensibilidad y el respeto hacia los que se juegan la vida con auténtica verdad.

Ojo, sigue habiendo apariencias que engañan.

Ángel Arranz