Parece que el Sr. Moreno Manzanaro critica con virulencia el que algunos aficionados incluyan entre sus actividades las entregas de premios y las comidas que se organizan para agradecer a los toreros y ganaderos que destacan por su excelencia y dedicación para mejorar la Fiesta. No es la primera vez que oigo dicha crítica al presidente de la Unión de Abonados y Aficionados de España, quien también se ha referido a la Asociación de Abonados de Las Ventas “ABOVENT” con tono altamente despectivo en al menos una de sus intervenciones públicas en el programa “esToros”, de “esRadio”. Cuando el objetivo debiera ser el de unir, aceptar ideas de los demás, huir de personalismos…; pero parece que el sino de la Afición es vagar y vagar sin guía, sin unión, sin interés más lejano que el que supone ocupar el sillón de la representatividad ficticia.

 

            Ya desde 1952, cuando el Conde de Colombí formara y presidiera la Comisión de aficionados que aspiraba a aunar esfuerzos e ideas de toda la afición española, que concluyó con la institución de la Unión de Asociaciones Taurinas “UNAT” en 1957, los cuchillos afilados silbaban con alevosía; por ello, a pesar de los esfuerzos del Conde, llegada la hora, la designación de presidente de la UNAT en 1957, fue realizada a dedo por el ministro de la Gobernación, Camilo Alonso Vega, tocándole el sillón a Sancho Dávila que, desde luego, había realizado menos esfuerzos que los del Conde y su equipo en la consecución de esa Unión, que en sus manos, quizás, habría sido más provechosa.

 

            D. Rafael Campos de España (Escalera del Éxito 15),  nuestro recordado y eximio aficionado, siempre abogó por la unión de todos los aficionados, y como secretario de esa Comisión de aficionados que presidiera el Conde de Colombí, trabajó con denuedo para conseguir la unión de todos; la colaboración de todos; los esfuerzos de los aficionados, único grupo que puede conducir la Fiesta por los caminos de la verdad y de la integridad que tanto añoramos los que la queremos. –“Desengáñate, José Mª; conseguir que alguien ceda su poltrona por el bien de la Fiesta es de ilusos”; me decía, cuando en mi ingenuidad le mostraba mi convencimiento de que con trabajo generoso y sincero se podría conseguir aunar criterios y voluntades. D. Rafael se dirigió por escrito al ministro solicitándole una Federación Española de Toros, a imagen de la existente para los intereses del Fútbol.

 

            Y así seguimos: dos señores, Aguirre y Moreno-Manzanaro, que si hicieran mínima gala de esa generosidad que todo aficionado debiera dedicar a conseguir lo mejor para nuestra Fiesta, ya habrían hablado entre sí; habrían solicitado de los otros grupos representativos de la Afición, tales como la Federación Taurina de Madrid, con más de 60 entidades integradas; o en Madrid ABOVENT, asociación de abonados que con más de 120 socios que trabaja desde hace años por mejorar las condiciones del abonado de Las Ventas; o a la Asociación el Toro de Madrid, trabajadora, dura y con claras ideas; y… Una reunión con 6/7 representantes importantes del resto de España, sin menosprecios ni soberbias; y habrían conseguido para la Fiesta algo mucho más importante que los resultados esperables de esa visita a la subsecretaria del Ministerio de Cultura, Mercedes del Palacio, que por supuesto no ha podido decir nada de interés en estos momentos; supongo que sólo buenas palabras.

 

            El Sr. Aguirre (Escalera del Éxito 76), mi querido amigo Mariano, debería explicarnos por qué esa Real Federación que tiene todas las papeletas para erigirse en la confederación madre de todas las asociaciones de abonados de España, no ha recabado nunca las opiniones de las otras asociaciones importantes; por qué ha huido siempre de formalizar una reunión con la Federación Taurina Madrileña; por qué se apoya sólo en los muchos pocos, cuya voz apenas es oída; y que de estar avalada por la Unión de Abonados de España, la Federación Taurina de Madrid y otras similares que existen en comunidades autónomas de amplia afición taurina, podría ser el basamento de una fuerte y operativa Real Federación altamente representativa.

 

            ¿Nos pueden decir estos dos señores qué han hecho por el buen funcionamiento de la Comisión Consultiva Nacional de Asuntos Taurinos durante estos 9 años que lleva inactiva? El Sr. Moreno-Manzanaro, como excelente jurista que es, tiene suficientes argumento para haber promovido acciones legales por la inacción de los responsables de esta Comisión, presidida por el Ministro del Interior, supongo. No se ha hecho nada, que yo sepa; y lo más significativo, ni si quiera han tenido la sensibilidad de presentar lo que hubieran sido  sus dignas dimisiones. Y son más de nueve años en la poltrona, ¿y qué se ha conseguido?: NADA.

 

            He personalizado mi crítica personal por todo lo expuesto, y por que ni en este caso tan claro han sido capaces de unirse para realizar la visita conjuntamente. Y si queremos que la Fiesta tenga un soporte sólido en la Afición, hemos de presentarla UNIDA, no como siempre. Y los líderes de estas asociaciones deben dedicarse a conseguir esa UNIÓN, abdicando de sus egoísmos, evitando las críticas acerbas y desmedidas, y dándose su justa importancia: la de un aficionado que trabaja por el bien de la Fiesta; y a ser posible haciéndolo de forma anónima, no con alharacas, fatuas notas de prensa y presentando acciones que desean apagar las de otras asociaciones que sí, parece, desean trabajar por esa UNIÓN, como son las que han concurrido a la celebración de las reuniones de federaciones taurinas en Mérida el pasado mes, en las que puede ser que germine una nueva manera de trabajar por el bien de la Fiesta por parte de la Afición.

 

            Y por último, parece algo extraño que estas asociaciones se atrevan a instar al Ministerio que se solicite la inclusión de nuestra Fiesta en el listado de la UNESCO de Patrimonio Cultural Inmaterial, sin contar con asociaciones que vienen trabajando sobre el tema desde hace más de 9 años, que están colaborando con múltiples ayuntamientos españoles y otros grupos de aficionados dando los pasos necesarios para que el Gobierno Español pueda elevar esa solicitud al organismo internacional, cual es la petición de la denominación del PCI por parte de numerosos pueblos, grupos sociales, entidades, etc.; algo que están desarrollando con denuedo la Asociación Internacional de Tauromaquia, por ejemplo; la Asociación Taurina Parlamentaria, Faculta, etc. ¿Queremos el bien de la Fiesta o aprovecharnos en lo que podamos de ella?

 

            Sentiré que estas líneas molesten lo más mínimo; me gustaría que sirvieran para reflexionar todos sobre lo que pretendo expresar en ellas: “Laborar por el bien de la Fiesta, unidos y sin personalismos”.

 

José Mª Moreno Bermejo

Bibliófilo Taurino

Escalera del Éxito 123