Córdoba, 6 de marzo de 1862

Presentación en Sevilla: el 15 de julio de 1877. Pasa a la cuadrilla de Fernando Gallo.

Temporada 1885: se incorpora a la cuadrilla de Lagartijo

Alternativa: Plaza de toros de Madrid o Plaza de toros de la carretera de Aragón, 29 de septiembre de 1887. Toro de Gallardo llamado «Arrecío».

Temporada 1894: la más grandiosa temporada del torero, que obtuvo renombrados éxitos en Madrid, con históricas faenas. 80 corridas y 224 toros muertos. Inaugura la plaza de Jerez de la Frontera.

Temporada 1895: el 19 de mayo torea tres corridas: a las siete de la mañana en San Fernando, con toros de saltillo; a las 11 en Jerez, toros de Cámara; y a las cinco y media de la tarde en la Real Maestranza de Sevilla, con toros de Murube. En las tres bregó sin descando y en las tres baderilleó sus toros.

Temporada 1899: El 11 de junio recibe una silba tan injusta en Las Ventas que algunos dicen que dijo: «No toreo más en Madrid ni para el beneficio de María Santísima». Su impopularidad se contagió a los demás públicos y, tras acabar con algunos compromisos en Bilbao, San Sebastián, Valladolid, Salamanca…, se retiró definitivamente. Cuentan que dijo: «Yo no me voy de los toros, me echan».

Otros datos: Su tía estaba casada con Pepete, torero cordobés llamado José Rodriguez, muerto en el ruedo de Madrid por un toro de Miura el año de su nacimiento.  Murió en Córdoba, el 21 de febrero de 1941.

Madrid, 3 de diciembre de 2002. NOTA DE LA SAN PABLO CEU. Pese a las críticas, Guerrita fue excepcional dentro del ruedo, insuperable en las banderillas, poderoso con la muleta y certero con la espada

El meteorólogo Víctor Pérez ha analizado la figura del torero Guerrita enmarcada “en la culminación de la tauromaquia ochocentista” en la II Edición del Aula de Tauromaquia de la Universidad San Pablo-CEU.

Según Víctor Pérez, “Guerrita fue excepcional dentro del ruedo, insuperable con las banderillas y en la brega, poderoso con la muleta y certero con la espada. Tras Lagartijo y Frascuelo, el toreo del Guerra, fue el eslabón necesario y referencial tras el que se vislumbra un nuevo concepto del toreo”.  

El ponente ha señalado que “al cordobés Rafael Guerra, “Guerrita”, se le ha acusado de empequeñecer el toro, hacerlo más inofensivo y reservarse los más chicos. Respecto a este último punto, Pérez ha manifestado que “es falso, al menos en las plazas importantes. Aunque, sí es cierto, que muchos ganaderos le reservaban los toros con mejores henchuras y más nota en tienta”. 

Asimismo, Pérez ha señalado que se acusaba a Guerrita de no querer matar toros de Colmenar Viejo por su tamaño y complicaciones, como tampoco a ganaderías navarras y otras vacadas como Miura y Pablo Romero; pero, según el ponente, esto es falso, ya que Guerrita, “a lo largo de su carrera mató cerca de 180 toros de Colmenar”.

En este sentido, Pérez ha comentado otras acusaciones que se hacían al torero como  “lidiar los toros más jóvenes, abusar con recortes y lances innecesarios, ya que muchos aficionados antiguos y muchos antiguerristas consideraban un abuso el toreo con la mano derecha que desnaturaliza las corridas del toro para la estocada. De igual manera, el adornarse en banderillas, los abaniqueos, todo tipo de pases afarolados, trincheras y trincherazos y con el capote las medias verónicas, son abusos y lances innecesarios”.

Además, Víctor Pérez ha manifestado que “se le criticó por iniciar el toreo de perfil y otros alivios como torear con el compás abierto. Esta acusación es sin duda una de las importantes aportaciones al toreo de Guerrita. Hoy no entenderíamos el toreo moderno sin perfilarse para torear, como base fundamental para poder ligar más de un lance, e igualmente no es entendible el ligar sin torear con el compás abierto”.

Según el ponente también “se veía mal como ejecutaba Guerrita la suerte suprema, en la suerte de varas, en oponerse al sorteo. Por último le acusaron de ser el causante de la decadencia del toreo”.

Por otra parte, ha apostillado Pérez que “sus detractores dirán que todo lo que aportó a la fiesta de los toros fue negativo. En cambio, para sus defensores, sus aportaciones al toreo son fundamentales,y punto de partida del toreo moderno. Lo cierto es que en todo cambio perdemos valores y virtudes importantes que no volvemos a recuperar. Por ello, Guerrita produce cambios importantes y es parte de los cambios que se producen en la última década del siglo XIX”.

Por último Pérez ha citado algunos de los detractores del torero como “los escritores y revisteros José Sánchez, Frascuelita, Ángel Caamaño, que fue un furibundo antiguerrista, y Federico Mínguez”. Además ha señalado que “de los aficionados antiguerristas, en los últimos años su mayor enemigo fue el público en general, ignorante en materia taurina, que por una parte le molestaba la superioridad del Guerra y la tremenda facilidad que tenía con todos los toros y en todos los tercios”.