Abel Moreno, prestigioso compositor de obras taurinas y procesionales, había compuesto esta obra y tenía pendiente la entrega al ganadero. Ambos se desplazaro a Béjar y dentro de las X Jornadas Culturales que todos los años organiza la Asociación de Amigos de la Plaza de Toros de Béjar, Abel Moreno, hizo sonar esta obra, interpretándola personalmemte a piano, para después escuchar la versión orquestal. El éxito fue total. Abel entregó la partitura a Victorino padre, quien la recogió y elogió. Uno de los más importante ganaderos del mundo ya tiene obra que le inmortalice.