Han transcurrido días, desde cuando los propietarios de Citotusa, a través de portales españoles y, por medio de su representante Sancho Dávila, dieron a conocer al mundo taurino la suspensión de la feria de Quito, que debía comenzar el 1° y terminar el 6 de diciembre, con festejos taurinos sin la muerte del animal en el ruedo, como corolario de la malhadada consulta popular del 7 de mayo del 2011, cuando políticamente, se mezcló una pregunta – la No 8 -, en la que se averiguaba si “Está de acuerdo que en el cantón de su domicilio, se prohíban los espectáculos que tengan como finalidad dar muerte al animal?”.

 

Si la pregunta de la consulta popular era ya descabellada, su resultado acaba, directamente, con la “libertad de escoger”, que todos los ciudadanos tenemos, porque nadie puede obligarnos a hacer lo que a otro le guste… Y, cuando los diferentes estamentos que rodean a la fiesta brava, hacían gestiones de todo tipo para poder eliminar esta monstruosidad, aparecen los “dueños de la fiesta brava en el Ecuador” y, sin siquiera tener la hombría de dar a conocer primero, la equivocada decisión, en la capital ecuatoriana, aparecen con la noticia fuera del continente americano.

 

Qué cobardía. Al parecer, los aficionados taurinos ecuatorianos solo valíamos cuando, con el dinero, comprábamos los abonos cada temporada pero, cuando miran que sus arcas están casi vacías, ya que, los verdaderos aficionados queremos ver al toreo sin mutilaciones, se lanzan para atrás e, inventando una serie de excusas -que nadie las cree-, dan a conocer que no se realizará la feria, dejando a miles de personas que, en esta época cuentan con esos ingresos por su trabajo, en el aire.

 

No son aficionados y ni siquiera son seres con sentido humano, para mirar los resultados de sus acciones, ya que, muchas personas se endeudaban en estas épocas, para conseguir algunos ingresos, que les permita llegar a sus hogares con algo para las navidades tan cercanas.

 

Nadie podrá culparles de otra cosa pues, en las boleterías de la plaza de toros, se atendió a los aficionados que habían comprado sus entradas y, se les devolvió su dinero. Pero, todos los aficionados a la mejor de las fiestas, todavía no entendemos la razón que tuvieron -en realidad- para suspender la feria.

 

Felicitaciones a muchos buenos taurinos ecuatorianos y, entre ellos a Don José Luis Cobo (ex matador, ganadero y empresario taurino), por ponerse al frente y, con los miembros del Comité Taurino, los ganaderos de reses bravas y, matadores, subalternos y picadores, se encuentran tratando de que el golpe dado, pueda -por lo menos-, doler menos.