A nadie escapa que los “grandes vencedores” en las recientes elecciones europeas han sido Podemos en España y el Frente Nacional en Francia. Partidos que rápidamente los medios de comunicación han ubicado en la extrema izquierda y la extrema derecha respectivamente. Y por consiguiente así se define a sus líderes, Iglesias y Le pen, y posiblemente hasta a sus votantes.

Ante este panorama lo más comprensible es que las propuestas de ambos partidos sean completamente antagonistas y donde uno dice A, el otro debería afirmar Z.

Pues nada más lejos de la realidad. Solo hace falta una lectura a las propuestas de cada partido político para comprobar, con cierto asombro, que tienen más similitudes que diferencias.

A modo de resumen, ambos propugnan idearios contra de la austeridad de Bruselas, o mejor dicho de Berlín; abogan por el replanteamiento del pago de la deuda; se mueven en posiciones contra el sector financiero y el librecambismo mundial; defienden la creación de una banca pública; anhelan la nacionalizaciones o desean la recuperación del control público en los sectores estratégicos de la economía; luchan contra la competencia internacional y la globalización y se postulan contra el Banco Central Europeo y el euro, entre otras cuestiones.

Efectivamente, no todo son consonancias, difieren radicalmente en una cosa, pero prácticamente sólo en esta: la política de extranjería. Unos prefieren limitar la inmigración, mientras que otros justo lo contrario. Quizás –permítanme una opinión personal – en el término medio esté la virtud, pero siempre, pienso, respetando a personal de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

No obstante y volviendo al tema, ante esta situación, ¿Qué sentido tiene catalogar a estos partidos en las posiciones que los medios de comunicación nos señalan a diario?

El rizo lo podemos – nunca mejor dicho – seguir rizando, pues en España nos han informado que el nuevo partido VOX es una escisión radical del PP, considerándose de extrema derecha y por lo tanto, sus propuestas deberían ser parecidas a las de Le pen. De nuevo esta lógica aparente se desmorona al leer los planteamientos de VOX. Éste es un partido liberal, regeneracionista y de unidad nacional. Lo cual pueden compartir los descontentos del PP, pero por supuesto también los insatisfechos con el PSOE.

Para concluir, un curioso resumen a tenor de lo suscrito por la prensa: El partido de extrema derecha en España no se parece en nada al de extrema derecha en Francia, a quien se le parece el de extrema izquierda en España. No es un trabalenguas, es lo que nos quieren hacernos creer.

Por todo ello, propongo un cambio en el lenguaje ideológico con el que los medios de comunicación definen a los partidos políticos, un lenguaje que no lleven a confusión a los ciudadanos y que sepan transmitirnos, sin reduccionismos, identificar las distintas ideologías. Les invito a utilizar conceptos como Liberal, Social Demócrata o Populista, entre otros, es decir, aquellos que reflejen con mayor claridad las características de pensamiento a la hora de votar y con ello, mejoraran nuestra libertad y lo que más importante, construirán democracia y con ello un futuro mejor.

 

Artículo de Rafael Gómez Aguilar
Presidente Asoc. Cordobeses X el Mundo
Escalera del Éxito 210