Informa desde Venezuela. Rubén Darío Villafraz. Periodista Taurino

Poco menos de media plaza albergó este domingo los tendidos de la Plaza de Toros de Táriba, la que lleva por epónimo “Hugo Domingo Molina”. Si nos atenemos a los precedentes, muy buena entrada para un recinto que poco invita al conclave local a ir a sus tendidos por lo “peligroso de la zona” tal y personalmente me han comentado aficionados locales, quienes regularmente visitamos por época ferial sancristobalense.

El balance artístico de la jornada ha sido escueto. Los astados del hierro trujillano de Laguna Blanca en parte se dejaron lucir ante las telas, con sus diferencias, quedando de parte de los diestros actuantes el que no se les haya cortado las orejas por culpa de la espada, el cual han manejado con desacierto. Solo el novillero Jhonathan Ortega hizo gala de la efectividad de la tizona, para al final salir en hombros, como premio a su entrega y voluntad.

El resultado artístico fue el siguiente:

Mario Mora: Ovación.

Alexander Guillén: Palmas.

Rodrigo Cepeda “El Breco”: Silencio.

Jhonathan Ortega: Dos orejas