Situada en las estribaciones de la Sierra de San Pedro, a tan solo 35 kilómetros de mi natal Valencia de Alcántara, se encuentra la localidad pacense de Alburquerque rodeada de un paisa­je serrano al que los árabes bautizaron «Abu-al-Qurq», por aquello de sus extensos alcornoca­les.

Contó Alburquerque con una pequeña y modesta plaza de toros con capacidad para 2000 es­pectadores, que según L. P. Maeso, fue inaugurada en el año 1880 por el matador de toros Francisco Sánchez, «Frascuelo», hermano del mítico y legendario Salvador, a cuyo cargo corrió la lidia y muerte de tres toros de Trespalacios.

De fábrica, con dos pisos; el primero destinado a tendidos. En el segundo estaban ubicados diez palcos en la zona de sombra.

A lo largo de sus años de existencia, el coso alburquerqueño fue testigo de dos cogidas mor­tales. El 9 de septiembre de 1883, el matador de toros pacense Juan Cuervo, viejo y un tanto achacoso por aquella fecha, en que contaba 56 años de edad, fallece en el Hospital Civil de Badajoz el 24 de noviembre siguiente a consecuencia de las graves contusiones que le produ­jese un toro cornalón y de mucho poder de la vacada de Escolástico Rubio, de Herrera del Duque. Tres años más tarde, la víctima es el banderillero, de Zafra, Eloy Moreno Fernándezz, «Morenito», al ser cogido mortalmente por «Ligero «, novillo del hierro de Filiber­to Mira.

Dada la gran afición que los aficionados de Alburquerque profesan por el caballo, por su coso han desfilado rejoneadores de la talla de Antonio Cañero, Álvaro Domecq Romero, Fermín Bohórquez -padre e hijo-; los hermanos Moreno Pidal, hermanos Peralta, Manuel Vidrié, los portugueses José Samuel Lupi y Joao Moura, Ignacio Vargas, Joaquín Buendía, Juan José Rodríguez, Leonardo Hernández, Ginés Cartagena, Paco Ojeda, y los también por­tugueses, Paolo Caetano y Joaquín Bastinhas, a más de algún otro que ahora escapa a mi me­moria.

En cuanto a diestros extremeños han desfilado por su ruedo, Eugenio Fernández, «Angelete», José Gutiérrez, «Mirabeleño», Angel Fernández, «Angelete chico», nuestro colaborador Die­go Alfonso Ledesma, Luis Alvíz, Isidoro Alcón, «Litri II», Luis Reina, «El Cartujano», Blas Romero, «El Platanito», Antonio Ferrera, y algún otro más.

Por último decir, que adquirida por el Ayuntamiento fue restaurada por la Escuela Taller de tan simpática localidad pacense, ampliando su aforo a 4.500 espectadores; dotándola de un ruedo de 46 metros de diámetro; instauración de callejón, enfermería y restauración de algu­nas gradas. El resultado no ha sido otro que conseguir una preciosa y coquetona plaza de to­ros, modélica en su género, según puede apreciarse en el reportaje fotográfico propiedad del autor, por cortesía de Doña Nieves Borrego Domínguez, titular de la Concejalía de Cultura y Educación del Ayuntamiento.

Su reestreno tuvo lugar el día 4 de junio de 2000 con la celebración de un festival en el que Intervinieron Juan Antonio Ruíz, «Espartaco», Jesulín de Ubrique y Pedrito de Portugal, lidiando reses de la ganadería del primero de los espadas citados.