Se daría en este festejo la toma de alternativa del queretano Luis Manuel Pérez quien lidiaría en primer sitio a Piconero con 485 kg. con quien se vería en momento más reposado para tomar así con decoro su alternativa, un matador de toros más en Querétaro, un matador que recibe con verónicas al toro del doctorado, un astado que acusó flojedad de remos y al que instrumentó una labor por el derecho al no ofrecer posibilidad por el otro pitón el de Marrón. Llevándole a media altura le supo sacar partido con muletazos de buena factura que gustaron al público. Mata de estocada de efectos inmediatos y logra cortar su primera oreja como matador de toros. En el que cerraba plaza, Rastrojero de 490 kg., el mejor toro del encierro, un toro con recorrido, fijeza y transmisión desde su salida, Luis Manuel lo recibió de una larga cambiada de rodillas. En banderillas el queretano se dejaría ver con buenos momentos de transmisión bullidora ante el público para en la muleta dejar tandas por derecha de bonita factura ya que el de Marrón iría de ahí hasta allá, entregado y embebido en la muleta, con una fijeza de la cual adolecieron sus anteriores hermanos de camada. Al natural se le vio con ahínco y profundidad, muletazos largos de pecho que cerrarían cada tanda y con las palmas del respetable acompañando el trasteo. Algo le faltaría al novel matador y seria el no poder llevar con más lucidez la faena ya que el de Marrón se le fue a más, una faena con falta de estructura pero con bullicio, que caló en el tendido. Se esperaba que al momento de meter la espada lograse salir a hombros con una oreja que dejó escapar por fallar con el acero y escuchar un aviso.
Oscar San Román, el padrino de este festejo y director de lidia dejaría más que demostrado que sigue en su sitio de queretano consentido, un matador con madurez e inteligencia a más no poder, que sabe estar en su sitio, y pensar muy bien delante del astado. Deleitó con una faena de bella estructura a Cominito de 452 kg., el cual mostró su poca fuerza pero que el ya experimentado queretano dejó patentes sus buenas maneras, con lucidas tandas por derecha y molinetes de rodillas de bonito sabor, su faena tuvo el remate de una buena estocada y cortó la primera oreja. En su segundo de nombre Fundador con 505 kg., un toro con hechuras formidables, pero adoleciendo de igual manera de fuerza y que le dejaría estar por el pitón derecho, mostró San Román su condición de consentido del toreo en México, y madurez de mano baja y temple torero, a pesar de las medias embestidas del de Marrón que el queretano aprovechó al máximo ya que la gente se le entregaba en cada tanda. Derechazos jaleados por el público del bello coso de La Victoria, los naturales fueron de belleza y largueza a la par, con un astado que embistió con mayor claridad por este pitón. Oscar toma su estoque para dejar media estocada en sitio que daría paso a la segunda oreja así alzarle como el triunfador de la noche.
Alejandro Amaya, el joven matador de Tijuana llegaría a este coso a justificarse, y se le ha visto una madurez impresionante, un sitio que denota su estancia en España y el porqué ya es consentido del público ibérico. Así pues el de Tijuana en su primero de nombre Tabernero con 456 kg., dejaría constancia de su buen manejo con el capote ya que lograría darle unas verónicas lentas de cartel, que harían que el graderío se entregara al primer lance, en la muleta mostró aptitudes y actitudes, ya que los derechazos serian largos con transmisión, los naturales bonitos y jaleados con fuerza. El diestro tijuanense se echó a la bolsa al público asistente. Lástima que al pinchar antes de lograr el espadazo definitivo ante un astado que mansurroneó y dificultó la suerte su quehacer quedó en ovación al rematar su oponente. Con Locutor de 479 kg., de igual manera dejaría ver su bonita factura de capote, con verónicas de buen sello. El calamocheo del toro deslució el trasteo de muleta por ambos pitones. Puso tesón el diestro que, de nuevo dejó escapar un trofeo por culpa de la espada, y fue ovacionado al despedirse de la afición de La Victoria.
Crónica de Jackeline Medina
Coordinadora General para México de Sabiosdeltoreo.com