Rafael Ortega abrió plaza con «Puro San Juan», de 483 kg., noble. Recibió a la verónica aprovechando la nobleza y la claridad de las embestidas del astado. Cubrió el tercio de banderillas con el gusto que le caracteriza, siendo ovacionado en el segundo par al realizar un recorte muy torero. Con la muleta, aprovechó las características del de Teófilo Gómez, que le permitió estar cómodo y disfrutando. Realizó una faena en la que predominaron derechazos con mucho mando y temple, endulzando las tandas con vitolinas, molinetes y dosantinas. Manejó la muleta con suavidad y precisión, muy seguro en todo momento. Al tirarse a matar, en corto como es su estilo, el toro lo prendió de la taleguilla sin herirlo de la pierna derecha. Dos orejas protestadas por un pequeño segmento de aficionados. El burel recibió arrastre lento.
 
El cuarto de la tarde, de nombre «Siempre Juntos» con número 589 y peso de 494kg., con salida contraria, correspondió en suertes a Rafael Ortega. En los quites toreó por chicuelinas. Tomó los garapullos aún cuando el toro no era para banderillas de matador, fue reconocido en el tercer par, que puso al violín y fue muy vistoso. Inició su labor muleteril sentado en el estribo y aunque el toro se quedaba corto desde el capote, logró cuajar buenas series por derechazos aderezando con dosantinas. Concluyó con una estocada muy caída y se retiró en silencio.
 
Sebastián Castella recibió por verónicas a «Maestro», número 519 con peso de 480 kg., y tras la participación de los varilergueros, dejó ver ceñidas chicuelinas levantando la emoción en los tendidos. Cuajó una gran faena, el torero galo dejó muestra palpable de valor, temple y entrega. Prácticamente, enloqueció los tendidos, los «óles» de la plaza más grande del mundo fueron para el francés que con seguridad será uno de los consentidos del coso capitalino. Para recordar una serie por naturales, en la que sin moverse, en un palmo de terreno, dejó correr la mano con suavidad, arte y esa emoción que sólo concibe el maestro de Béziers. Al pinchar en dos ocasiones y recurrir al descabello, perdió los máximos trofeos. Dio una merecida vuelta al ruedo a petición del público. Arrastre lento para el toro.
 
«Pacheco», de 530 kg., fue protestado por su falta de cara y trapío. Al no ser cambiado por el juez de plaza, Castella estaba perfectamente conciente de que no lo iban a dejar estar y decidió regalar un toro teniendo la cortesía de avisarles a sus alternantes. «Pacheco» metió la cabeza en los derechazos de Castella, pero la gente se mostró indiferente ante el toreo del galo. Mató de media estocada pasada para irse en silencio.
 
Se había anunciado que el toro de regalo sería «Pedrín» de Los Ébanos que estaba como primer reserva, sin embargo, salió el reseñado como segundo con el nombre de «Consejero», número 483 y 506 kg. de peso, Sebastián Castella lo recibió de rodillas por una larga cambiada, repitiendo el quite dos ocasiones más y levantando así el ánimo en los tendidos. De pie, dio bonitos quites a la verónica. El banderillero Raúl Bacelis saludó al tercio. Quiso iniciar su faena por cambiados por la espalda, pero el toro se resistía al cite moviendo la cabeza en señal de negativa «como diciendo que no». Finalmente logró que el astado acudiera a su llamado y lo metió en suerte. Ligó tandas de derechazos con mando y seguridad. Fue alcanzado por el de Teófilo Gómez sin percance que lamentar. Concluyó su labor toreando junto a tablas, en terrenos muy comprometidos. Malogró con el acero y tras escuchar un aviso recibió las palmas de la poca gente que se quedó hasta el final de la corrida en sus asientos.
 
Fermín Spínola fue el primer triunfador de la Temporada Grande 2009-2010 cortando tres orejas en su presentación. Recibió a «Don Venus», de 508 kg., a la verónica, y en los quites se mostró variado con orticinas y mandiles. Puso banderillas a petición del público. En su faena toreó por ambos lados a un toro noble pero con poca fuerza que fue de más a menos. Como suele pasar, el viento fue su peor enemigo, ante intermitentes ráfagas de viento dejó ver buenas tandas de derechazos. Mató con estocada media que le hizo merecedor de las palmas del respetable.
 
Fermín recibió por verónicas a «Gran Amigo», cárdeno bragado, con número 623 y un peso de 493 kg., al que después de ser picado, toreó por gaoneras. Tomó las banderillas recibiendo ovación en el tercer par, que realizó con un quiebro clásico. En su faena predominaron las series por derecha ante un toro falto de fuerza que no le permitió el lucimiento. Recibio palmas al concluir con la espada.
 
Para el próximo domingo, dos toreros que han triunfado en esta temporada: el español David Fandila «El Fandi» y Uriel Moreno «El Zapata», lo que se antoja un interesante duelo de banderillas, y un alternante por designar. Habrán de estoquear un encierro de San Marcos.