El diestro Oliva Soto protagonizó los mejores momentos de la tarde pero perdió el triunfo con la espada en la segunda corrida del abono sevillano. Sus compañeros de cartel no pudieron construir faenas interesantes por falta de colaboración en los toros del Conde de la Maza.

 

Ficha:

 

Se lidiaron toros de los Hdros Excmo Sr Conde de la Maza, de escaso juego. Destacó el tercero.

 

Luis Vilches, silencio y silencio.

 

Iván Fandiño, silencio y silencio.

 

Oliva Soto, ovación y palmas tras aviso.

 

Dos tercios de entrada.

 

 

Comentario:

 

Comenzó la tarde con excelentes verónicas de Luis Vilches al primer toro del Conde de la Maza, un animal que se metía por el pitón derecho y que nunca humilló por el izquierdo. El torero de Utrera estuvo firme y lo intentó, realizando un esfuerzo que tuvo el reconocimiento de la plaza. Mató de estocada baja.

 

También lo tuvo complicado Iván Fandiño en el segundo de la tarde, otro toro difícil que se revolvía y buscaba. El torero lo intentó sin poder conseguir nada lucido. Mató de pinchazo y estocada y fue silenciado.

 

 

 

 

El tercero fue protestado en los primeros tercios por su falta de fuerza pero después aguantó bien. La faena tomó vuelo en la primera serie de naturales, que Oliva Soto ligó muy bien. Luego vinieron algunos derechazos y un buen cambio de mano en una faena breve pero con detalles de calidad. Falló con la espada y perdió el que podía haber sido el triunfo de la tarde.

 

Vilches también se lució con el capote en el cuarto. De nuevo estuvo dispuesto en la faena pero se topó con la sosería de un toro que no le dejó transmitir emociones al tendido. Le sacó todos los muletazos en una labor insistente y mató de pinchazo y estocada.

 

También resultó soso el quinto, aunque a ello hay que añadir que Fandiño se dejó tocar en exceso la muleta. El toro se paró cada vez más y el público le pidió que acabara una labor sin eco.

 

El sexto se revolvió en el capote de Oliva Soto. En la muleta no duró mucho, destacando el torero en una serie de naturales muy bien ligada al de pecho que llegó al tendido. Pero no pudo haber mucho más ya que el animal se agotó. Volvió a matar mal y escuchó un aviso.