Ganado: cinco novillos de Paco Sorando, uno para rejones, aceptablemente presentados de buen juego pero con las fuerzas escasas. El primero se echó y hubo de ser apuntillado.

Luis Valdenebro: en medio de su actuación el novillo se echó y fue apuntillado.

Eduardo Jurado: media estocada delantera y tendida(oreja) y dos pinchazos y estocada (oreja).

Miguel Ángel Serrano: tres pinchazos y media estocada (ovación) y cuatro pinchazos echándose el novillo (silencio).

Plaza: Las Canteras. Un cuarto de entrada en tarde agradable.

 

La nueva empresa montó esta novillada con toreros locales con la creencia, lógica y normal, de que Serrano, que venía precedido de numerosos éxitos por otras plazas, fuera el tirón suficiente para salvar los muebles por lo menos., No fue así. Ni Jurado ni Serrano llevaron al coso el público esperado. Una pena que se venga al traste la ilusión de todo un equipo. Pero así son las cosas.

 

Y el caso es que se había traído una novillada muy a modo. Ni grande ni chica. Justa. Que luego, en su juego en el ruedo, cumplió perfectamente. Solo su evidente falta de fuerza fue una traba.

 

Abrió plaza el rejoneador Luis Valdenebro que este verano se está prodigando en las plazas de la provincia.

 

Buen jinete y buen torero. Consiguió imantar al novillo con la grupa de su jaca y así clavó perfectamente rejones y banderillas. Y en eso estaba cuando el animal, en la boca de riego, se echó y no había forma de levantarlo. Tras numerosos intentos, se optó por apuntillarlo. Podemos decir que el caballero sevillano pasó inédito por Las Canteras.

 

El mano a mano local se saldó con el éxito de Eduardo Jurado que es un chaval que torea poco, o casi nada, y que tiene gusto y gracia en su toreo. Su primer novillo, carente de fuerza, le obligó a alargar su labor buscando un triunfo que mereció más en el cuarto donde, casi al final de la faena, le cogió el ritmo al novillo y le enjaretó varias series en redondos de mucho gusto. Al entrar a matar sufrió una aparatosa voltereta saldada sin consecuencias.

 

Miguel Ángel Serrano, que debutaba con caballos, y al que hemos visto suficiente y sobrado en otras actuaciones, esta tarde  estuvo gris, a lo que hay que unir su mal uso de los aceros. Quizás el peso de la responsabilidad le afectó. Su primer oponente cabeceaba al salir del embroque y el chaval, con excelentes pases sueltos, no pudo redondear su labor y en el sexto, incómodo y que pedía contundencia, solo estuvo aseado. Volvió a pifiarla con la espada. Lo mejor su voluntad y entrega, innegables.

 

Echamos de menos en este  mano a mano el tercio de quites, tan vistoso y agradecido por el público. No hubo rivalidad, y la pasión de los partidarios de cada uno, no se desbordó en los tendidos. Un mano a mano descafeinado y sin ambición por ambas partes.

 

Al finalizar el paseíllo la Tertulia Taurina “La Montera”, de Córdoba, entregó un recuerdo al matador de toros local Fernando Serrano “Yiyo” que ese mismo día cumplía cuarenta años de alternativa.

Termina así la miniferia taurina de Priego de Córdoba con la esperanza de que sea el preludio de tiempos mejores y remonte el vuelo una plaza con mucho encanto.-

 

 

 

Crónica de Ladislao Rodríguez Galán

Periodista