FICHA DEL FESTEJO:
ENTRADA: Lleno.
TOROS: BERNALDO DE QUIROS muy bien presentados, con poca fuerza  y agarrados al piso.
Sólo destacaron el segundo y el sexto.
ZOTOLUCO: SILENCIO, SILENCIO Y UNA OREJA a uno de regalo de TEÓFILO GÓMEZ.
SEBASTIÁN CASTELLA: DOS OREJAS Y SILENCIO.
JUAN PABLO SÁNCHEZ: Ovación que no atendió y Una Oreja.


Por fin se llenó la Monumental de Aguascalientes para ver el mejor cartel de la Feria. Se lidiaron toros de BERNALDO DE QUIROS muy bien presentados y con kilos. Sólo se dejaron el segundo y el sexto, aunque agarrados al piso y con poca fuerza.


ZOTOLUCO se encontró con dos marmolillos, aunque su primero era un auténtico inválido. Lo intentó todo con la paciencia que lo caracteriza y con mucha maestría, pero no fueron suficientes al estrellarse con dos toros inservibles. Silencio en Ambos.


Regaló un séptimo de TEOFILO GÓMEZ, que salió haciendo cosas de manso perdido. La gente lo quería devolver, pero algo le vio ZOTOLUCO, que le insistió con el capote, lo picaron y banderillearon, y cuando la gente no esperaba nada, el Maestro tomó espada y muleta…Y armó la escandalera. Increíble; le pegó tandas con ambas manos recreándose y luchando para que el toro le repitiera, cada tanda era cada vez más cerca y con más entrega. Lo remataba con preciosos y emotivos cambios de mano que pusieron a la gente de pie y le gritaran Torero!, Torero! Le hizo un faenón. Desafortunadamente lo pinchó en una ocasión y perdió el rabo.

 

 

Aún así le dieron una oreja cuando la gente pedía las dos. El juez no hizo caso, y lo abrocaron en serio por el atraco. Dio una triunfal vuelta al ruedo con el trofeo. SEBASTIÁN CATELLA se encontró con su primero que tuvo más movilidad y clase que sus hermanos. Lo toreó extraordinariamente bien con el sello que lo caracteriza, manos bajas, ligazón y mucho sentimiento. Con el capote lo recibió con cuatro capotazos por la espalda cambiándole el viaje al toro, con el que la gente se le entregó. Lo mató de una estocada y le dieron dos orejas muy merecidas que paseó por la plaza devolviendo prendas. En su segundo luchó ante un toro muy agarrado al piso y que no tuvo opción.

 

Lo pinchó y se retiró en silencio. JUAN PABLO SÁNCHEZ en este muchacho México tiene una esperanza cuajada y después de verlo el día de hoy, se puede aseverar que en él la fiesta en México dará un vuelco nuevo hacia la cumbre. Tiene un valor fuera de lo común y un arte exquisito. Con los dos toros estuvo sensacional. La espada cayó baja en el primer toro, lo que le hizo perder trofeos.

 

Pero en el segundo armó la escandalera con un faenón lleno de entrega, cercanía y verdad. No se podría pasar un toro tan cerca y llevarlo al mismo tiempo tan toreado y tan largo. Retuvo cumbre de valiente. Lo pinchó en dos ocasiones antes de dejar una entera, y aún así le dieron una oreja, que ya no refleja en nada lo que hizo delante de un toro de verdad.