Javier Conde lució un magnífico traje con motivos picassianos que a buen seguro no volverá a enfundar un traje que hizo añicos el segundo de su lote a raíz de un espectacular volteretón. No tuvieron esta mañana las arrancadas suficientes los astados del malagueño para propiciarle una actuación con su sello tan personal. Algunos muletazos sueltos y la inspiración en el dique seco. Una lástima, pero sin adversario…

Morante de la Puebla por fin ha entrado de lleno en el corazón de la afición nimeña. Habrá sido necesario esperar algunos añitos y siete toros para lograrlo. Decidido, el sevillano se ha visto con ganas de agradar en cada uno de sus astados, exprimiendo al máximo las posibilidades de sus dos primeros y cortando una oreja de peso del primero. Pero fue en el último que aconteció el milagro. El de la Puebla se percató de las cualidades del toro y tras un estilado recibo capotero a la verónica inició el trasteo de muleta sentado en una silla para proseguir mano baja y abandonado a una inspiración que puso la plaza al rojo vivo. Olés profundos de júbilo hasta el silencio sepulcral mientras cuadraba  al astado y todo el mundo se fue tras la espada. Era faena de rabo, Nimes moría de ganas de entregárselo, y se lo llevó.

 

 

2/3 de aforo – Temperaturas propias al verano

juan pedro domecq solis.jpg6 Toros de Juan Pedro Domecq, de presencia adaptada a las circunstancias, bravos y nobles pero faltos de fuerza, algunos con defectos notables en los andares y faltos de raza. Sobresalió en el enrazado último. Tercero y cuarto devueltos y sustituidos por sendos sobreros del mismo hierro.

 

 

Javier Conde: Silencio tras aviso / Saludos/ Silencio

Morante de la Puebla: Oreja / Ovación / Dos orejas y rabo